Según fuentes familiarizadas con los planes, Israel planea una campaña de larga duración contra Hamás, que se extenderá durante al menos un año, con la fase más intensa de la ofensiva terrestre que se prolongará hasta principios de 2024. La estrategia multifásica contempla un avance inminente de las fuerzas israelíes, actualmente acuarteladas en el norte de Gaza, hacia el sur del asediado enclave palestino.
Los objetivos de la ofensiva incluyen eliminar a los tres líderes principales de Hamás —Yahya Sinwar, Mohammed Deif y Marwan Issa—, y lograr una victoria militar “decisiva” contra los 24 batallones y la red de túneles subterráneos del grupo, además de desmantelar su “capacidad de gobierno en Gaza”.
A pesar de una frágil tregua de una semana, los combates se reanudaron el viernes entre Israel y Hamás, rompiendo una pausa en las hostilidades que había permitido un intercambio de rehenes por prisioneros entre ambos bandos. Israel reafirmó su compromiso de “eliminar a Hamás”.
Se espera que la reanudación de la operación terrestre de alta intensidad se prolongue hasta el nuevo año, seguida de una fase de “transición y estabilización” de menor intensidad militar que podría extenderse hasta finales de 2024. No está claro dónde estarán ubicadas las fuerzas terrestres israelíes durante esta fase.
En respuesta a un devastador ataque de Hamás el 7 de octubre, Israel lanzó tres semanas de intensos ataques aéreos en Gaza, seguidos de una invasión terrestre que se apoderó de amplias áreas del norte del enclave costero. Como resultado, gran parte de la zona quedó reducida a escombros y más de un millón de personas se vieron obligadas a desplazarse.
Las autoridades israelíes reportan que al menos 1.200 personas fueron asesinadas en el asalto inicial del 7 de octubre, el más letal en la historia del Estado judío. Según las autoridades sanitarias de Gaza, controlada por Hamás, más de 14.800 personas han muerto.
Un alto cargo militar de Israel informó que al menos 10 de los 24 batallones de Hamás sufrieron “daños considerables”, y que más de 50 mandos intermedios y unos 5.000 combatientes han sido asesinados.
Según otra fuente familiarizada con los planes de guerra de Israel, las operaciones militares en el norte de Gaza aún se consideran incompletas. “La ciudad de Gaza aún no está terminada, ni totalmente conquistada. Probablemente, esté terminada en un 40%”, dijo la fuente. “Para el norte en su conjunto, probablemente serán necesarias entre dos semanas y un mes más”.
Al mismo tiempo, se espera que comience una ofensiva terrestre israelí en el sur de Gaza, que hasta ahora solo ha sufrido ataques aéreos esporádicos. Los funcionarios israelíes indican que la mayoría de los líderes de Hamás, la mayoría de sus combatientes y su arsenal de cohetes, así como la mayoría de los rehenes israelíes secuestrados el 7 de octubre, se encuentran ahora en el sur.
Funcionarios de la administración Biden han comunicado a Israel la necesidad de adoptar un enfoque diferente para el sur de Gaza. Antony Blinken, secretario de Estado de EE. UU., durante una visita a Tel Aviv, enfatizó que cualquier ofensiva debe priorizar la protección de los civiles y permitir el aumento de la ayuda humanitaria.
Según fuentes cercanas a las conversaciones, Washington ha instado a Israel a mantener “una huella militar más pequeña” en el sur, minimizar las víctimas civiles, implementar “un plan humanitario claro” y prever “dónde pueden ir los civiles” para mantenerse a salvo.
Funcionarios israelíes han reconocido la necesidad de un cambio de enfoque. “Sabemos que no podemos llevar a cabo la misma estructura de operaciones en el sur que en el norte”, dijo una fuente familiarizada con los planes de guerra de Israel. “Ahora hay 2 millones de civiles [en el sur], el método de evacuar civiles en masa [como en el norte] no se puede duplicar”.
La ofensiva en el sur se centrará en Jan Yunis, el segundo centro urbano más importante de Gaza y ciudad natal de Sinwar y Deif, así como en Rafah, en el extremo sur de la franja, fronterizo con Egipto. El paso fronterizo entre Gaza y Egipto y los túneles subterráneos de contrabando son “el principal canal de oxígeno para que Hamás reconstruya sus capacidades militares”, afirmó una de las fuentes.
Israel comenzó a emitir órdenes de evacuación más localizadas y a menor escala para la población civil del sur de Gaza, que ahora representa el 80% de la población de la Franja de Gaza.
La fase de “transición y estabilización” de la guerra, que seguirá a la campaña terrestre principal, tiene como objetivo preparar a Gaza para un nuevo orden postguerra sin Hamás. Sin embargo, varias fuentes indicaron que el gobierno israelí se ha negado hasta ahora a comentar si la Autoridad Palestina, que administra partes limitadas de Judea y Samaria, estaría en condiciones de retomar el control de Gaza.
A pesar de estas incertidumbres, los responsables israelíes mantienen su compromiso de alcanzar primero el objetivo bélico original, eliminar a Hamás como amenaza de la Franja de Gaza, sin importar lo que venga después ni el tiempo que lleve. “La principal diferencia [ahora] que Hamás no entiende: nosotros tenemos paciencia. Todo cambió el 7 de octubre”, dijo una de las personas familiarizadas con los planes de guerra de Israel.