El ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, ha dado instrucciones para permitir que los israelíes entren en una zona del norte de Judea y Samaria, de la cual se les había prohibido el acceso desde la retirada de 2005.
Gallant ha afirmado que esta medida conducirá al desarrollo de asentamientos y proporcionará seguridad a los residentes de la región.
Aunque cualquier actividad de asentamiento legal necesitaría ser autorizada por el gobierno a través de procesos que normalmente duran años, la eliminación de la prohibición de entrada podría facilitar el establecimiento de puestos de avanzada ilegales.
Hace 19 años, cuatro asentamientos en la región fueron evacuados y demolidos parcialmente, en paralelo a la evacuación de todos los asentamientos israelíes en la Franja de Gaza. Una ley aprobada en ese entonces prohibía a los ciudadanos israelíes estar presentes en esas regiones, ley que fue derogada por la Knéset el año pasado, pero las órdenes militares que prohibían la entrada de israelíes seguían vigentes.
Gallant ha instruido a las FDI para que rescindan la orden que declara el área de tres de los cuatro asentamientos como zona militar cerrada. En mayo de 2023, se emitió una orden similar que retiraba la zona militar cerrada en el puesto de avanzada ilegal de Homesh, también evacuado y demolido en 2005.
Gallant afirmó: “El control judío sobre Judea y Samaria garantiza la seguridad, [y] la aplicación de la ley para derogar la Ley de Desconexión conducirá al desarrollo de asentamientos y brindará seguridad a los residentes de la región”.
El jefe del Consejo Regional de Samaria, Yossi Dagan, describió la medida como “histórica” y dijo que Israel estaba “enmendando oficial y formalmente la injusta locura” de evacuar los asentamientos de la región. Añadió que “la cancelación total de la Ley de Desconexión es el primer paso para una reparación completa”, en una probable alusión a la futura actividad de asentamiento en la zona.
Por otro lado, la organización Peace Now, que hace campaña contra los asentamientos, condenó la medida, diciendo que “lo último que Israel necesita son más asentamientos aislados e innecesarios que serán una carga para la seguridad y nos distanciarán de un proceso diplomático requerido”.