Los miembros del Comité de la Cámara de Representantes del Knéset han votado con un resultado de 9 a 2 a favor de continuar con un proyecto de ley que permitiría al gobierno deportar a los familiares de los terroristas.
Este proyecto ahora se trasladará al pleno del Knéset para llevar a cabo las necesarias segundas y terceras lecturas que lo convertirían en ley. La legislación en cuestión otorga al ministro del Interior el poder de deportar a un familiar de primer grado de cualquier persona que haya llevado a cabo un atentado, siempre que este tuviera conocimiento previo del acto y no lo reportara a las autoridades o manifestara apoyo al terrorismo.
Esta ley está dirigida específicamente a los ciudadanos israelíes, quienes, según el texto del proyecto, mantendrían su ciudadanía incluso después de ser expulsados del país.
Durante la sesión, el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, expresó su opinión de que la autoridad para ordenar las expulsiones debería estar bajo su ministerio, y manifestó su confianza en que el Tribunal Superior de Justicia no anule la ley una vez que sea promulgada.
En declaraciones a The Times of Israel, varios miembros del comité, incluido el diputado de Otzma Yehudit, Almog Cohen, y el legislador de Nueva Esperanza, Ze’ev Elkin, desestimaron las preocupaciones sobre los problemas legales que podría generar dar poder de deportación a un ministro en lugar de a los tribunales. Un representante del Ministerio de Justicia informó a los legisladores que el primer ministro, Benjamin Netanyahu, aún no ha ofrecido una postura oficial respecto a esta legislación.
Durante el debate, el diputado del Likud, Ariel Kallner, afirmó que Israel enfrenta un “enemigo interno”, mientras que el diputado de Ra’am, Yasir Hujeirat, calificó la ley propuesta como un “castigo colectivo”.