El ministro de Asuntos de Jerusalén y Patrimonio Judío, Meir Porush, ha dirigido una solicitud urgente al primer ministro Benjamín Netanyahu, instándole a intervenir de manera personal para prevenir el cierre del reconocido monumento de guerra y museo de la Colina de las Municiones. La falta de financiación amenaza con cerrar sus puertas en pocas semanas.
Porush ha pedido a Netanyahu que acelere el proceso burocrático para nombrar a los miembros de un comité administrativo esencial. Sin este comité, el gobierno no puede efectuar la transferencia de fondos anuales. Los términos de los actuales miembros del comité ya han finalizado, dejando al museo en un limbo financiero.
El sitio, que originalmente fue un puesto militar británico y más tarde utilizado por los jordanos, fue capturado por los paracaidistas israelíes durante la Guerra de los Seis Días en 1967. Esta victoria fue crucial para la toma de la Ciudad Vieja de Jerusalén. Hoy, la Colina de las Municiones no solo es un museo, sino también un lugar donde se realizan ceremonias emotivas y se enseñan lecciones de heroísmo y valores morales a los nuevos reclutas del ejército.
“Como alguien para quien el legado de la Guerra de los Seis Días y la memoria de los caídos son indudablemente importantes, le pido que instruya a las partes pertinentes para que realicen hoy mismo el proceso necesario y eviten el cierre del museo”, expresó Porush en su carta a Netanyahu.
El centro del patrimonio que opera en Ammunition Hill ha emitido una advertencia sobre su precaria situación financiera, a pesar de un esfuerzo reciente por salvarlo. El ministro de Asuntos de Jerusalén y Patrimonio Judío, Meir Porush, asignó 1,5 millones de NIS (aproximadamente 411,433 dólares) de su presupuesto para apoyar al centro. Sin embargo, esta medida no ha sido suficiente para asegurar su viabilidad a largo plazo.
La administración del centro anunció que, debido a un recorte presupuestario cercano al 50% y la falta de transferencia de los fondos necesarios para su operación, se verá forzado a cerrar a principios del próximo mes. Un comunicado del centro subrayó que la transferencia íntegra de los fondos permitiría continuar con sus actividades.
Durante más de un año, el centro ha instado a las autoridades estatales a nombrar formalmente a los miembros de su comité de supervisión.
La composición de este comité es diversa, incluyendo representantes de los batallones que lucharon en la Colina de las Municiones, familiares de los caídos, así como delegados del Ayuntamiento de Jerusalén, el Ministerio de Educación, el Instituto de Enseñanza Superior y los archivos estatales. Sin embargo, la ausencia de estos nombramientos ha impedido la transferencia de fondos estatales necesarios para el mantenimiento del centro, según informes de Walla.
Menachem Landau, presidente de la fundación que gestiona el sitio, reveló a Kipa que en dos años el presupuesto se ha visto drásticamente reducido, pasando de 8 millones de NIS a solo 2,5 millones de NIS. Esta cantidad es insuficiente incluso para cubrir los gastos básicos de mantenimiento, como el agua y la electricidad.
A pesar de las dificultades financieras anteriores, que casi resultan en el cierre del centro en 2012, el gobierno intervino para asegurar la continuidad de Ammunition Hill. Este sitio no solo es un museo, sino también un emblema del valor y el sacrificio de los soldados israelíes y jordanos, con 36 y 71 bajas respectivamente durante su batalla en la Guerra de los Seis Días.
La importancia cultural de la Colina de las Municiones se extiende más allá de su papel en la historia militar de Israel. La canción “On Ammunition Hill”, compuesta por Yoram Taharlev días después de la guerra, ha sido adoptada como un himno no oficial por los paracaidistas israelíes. Además, la tradición de entregar las boinas rojas a las tropas de combate de la brigada en este lugar subraya su significado perdurable en el espíritu y la memoria de las Fuerzas de Defensa de Israel.