La delegación israelí, encabezada por el jefe del Mossad, David Barnea, aterriza hoy en Doha como parte de los esfuerzos para negociar la liberación de los rehenes en conversaciones indirectas con Hamás.
Según un funcionario israelí citado por The Times of Israel, el gabinete aprobó anoche las “líneas rojas” de Israel para facilitar las negociaciones de la delegación, aunque no se han revelado los detalles concretos de estas líneas rojas.
Funcionarios israelíes han declarado a los medios hebreos que el equipo de Barnea tiene un “amplio mandato” para llegar a un acuerdo sobre los rehenes, subrayando que se necesitará flexibilidad por ambas partes. Las negociaciones comenzarán hoy con una reunión entre Barnea, el primer ministro qatarí Mohammed bin Abdulrahman Al-Thani y representantes egipcios, según una fuente consultada por AFP.
Un funcionario israelí subrayó al Canal 12 la complejidad del proceso, explicando que si bien las conversaciones se mantendrán indirectamente con Hamás en Doha, es crucial dialogar con el líder del grupo terrorista en Gaza, Yahya Sinwar. “Cada coma y cada punto llevará entre 24 y 36 horas. Va a ser un proceso complicado”, comentó el funcionario, aludiendo a la necesidad de comunicarse eficazmente con los responsables de la toma de decisiones dentro de Hamás.
El estancamiento de las conversaciones surgió la semana pasada después de que Israel rechazara una propuesta de Hamás, que incluía una tregua de seis semanas a cambio de la liberación de 40 rehenes, con vistas a nuevas negociaciones para prorrogar el alto el fuego y la posible liberación de más rehenes. Hamás busca la liberación de cientos de terroristas palestinos de alto rango y un compromiso israelí de cesar permanentemente los combates y retirar las tropas de Gaza.
El funcionario israelí recalcó al Canal 12 que ambas partes deberán mostrar flexibilidad, subrayando que la delegación israelí acude a Doha con un mandato claro y un plan definido sobre lo que es negociable y lo que no.
El debate en el gabinete permitió al equipo negociador obtener un mandato que facilita las “negociaciones reales”, con capacidad para tomar ciertas decisiones sin necesidad de la aprobación del gabinete, agilizando así el proceso de negociación.