Durante una conferencia de prensa, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu enfrentó preguntas sobre el número de civiles muertos en Gaza.
El mandatario reconoció que la cantidad de bajas civiles es similar a la de combatientes muertos. Según Netanyahu, entre 17.000 y 18.000 miembros de Hamás han sido abatidos. Por su parte, el Ministerio de Salud de Gaza, controlado por Hamás, estima que el total de muertos asciende a casi 41.000, aunque no especifica la proporción de civiles y combatientes.
Netanyahu insistió en que Israel toma medidas para evitar bajas civiles y destacó una reciente campaña de vacunación masiva contra la polio. Además, su oficina desmintió los informes que circulaban en medios hebreos sobre presuntos acuerdos de ceses del fuego temporales para permitir la vacunación infantil. “Creemos que cada muerte de un civil es una tragedia. Para Hamás, cada muerte de un civil es parte de su estrategia”, afirmó el primer ministro.
El líder israelí aseguró que el gobierno ha intentado evacuar a los palestinos de zonas de peligro antes de lanzar ofensivas. También se refirió a las advertencias internacionales sobre la evacuación masiva de más de un millón de palestinos de Rafah, alegando que las previsiones que alertaban de numerosas víctimas civiles se demostraron erróneas, ya que las bajas inocentes fueron mínimas. “Nos han acusado de algo escandaloso, cuando, en realidad, las acusaciones contra nosotros resultaron ser escandalosamente falsas”, denunció.
Netanyahu subrayó que el ejército israelí está actuando de una manera sin precedentes en la historia militar para minimizar las bajas civiles y que no tiene intenciones de modificar sus políticas humanitarias, de vacunación y de combate. “El ejército israelí seguirá haciendo lo que ningún otro ha hecho jamás”, reafirmó.
Mientras tanto, organizaciones humanitarias continúan denunciando que las órdenes repetidas de trasladar a grandes grupos de palestinos de una zona de Gaza a otra han provocado una crisis humanitaria. Entre las consecuencias mencionadas, destacan la mala calidad del agua y la gestión inadecuada de las aguas residuales, lo que ha generado el resurgimiento de diversas enfermedades.