El primer ministro Benjamín Netanyahu arremetió el domingo contra el director del Shin Bet (Agencia de Seguridad de Israel), Nadav Argaman, por emitir una rara advertencia pública en la que daba la voz de alarma de que el actual ambiente de incitación podría provocar un trágico derramamiento de sangre en Israel.
Sin mencionar al director del Shin Bet, Netanyahu se quejó de un doble rasero en el que las declaraciones críticas de figuras de la derecha se consideran incitación, mientras que las de la izquierda se consideran legítimas.
“Condenamos toda la incitación y la violencia de todas las partes, incluso cuando la otra parte se calla cuando la incitación contra nosotros estalla”, dijo Netanyahu a la facción del Likud en la Knesset. “La incitación es un llamamiento a la violencia. Durante mucho tiempo, ha habido esos horribles llamamientos, incluidos claros llamamientos a asesinarme a mí y a mi familia, que han sido recibidos con silencio en el discurso público y en la prensa”.
Netanyahu dijo que hay que trazar una fina línea entre la incitación a la violencia, que calificó de inaceptable, y la libertad de expresión que no es incitación. Se quejó del cierre de las cuentas de Facebook y Twitter de los críticos con el gobierno que se está formando para sustituirle.
“Estamos asistiendo al peor engaño electoral de la historia del Estado”, dijo. “La gente cree, con razón, que ha sido engañada. No se les puede obligar a cerrar la boca”.
Dijo que expresar la oposición al nuevo gobierno que se está formando de forma legal y democrática es un derecho y una obligación.
El presidente de la Knesset, Yariv Levin, dijo a los diputados en la reunión de la facción: “Nuestra responsabilidad es garantizar que nuestro discurso sea respetuoso y libre de toda incitación, a diferencia de lo que se ha hecho con Netanyahu a lo largo de los años”.