El Partido Comunista Israelí y el Partido Hadash, dirigido por el MK Ayman Odeh, emitieron el martes una declaración en la que condenaban los esfuerzos de normalización saudíes-israelíes.
En una declaración conjunta publicada en el sitio web Al-Jermak, los dos partidos afirmaron que la normalización entre Israel y Arabia Saudí, a instancias de la administración estadounidense, constituye “una peligrosa agresión contra el pueblo palestino y asesta otro duro golpe a la causa palestina como parte de los intentos de eliminarla de una vez por todas”.
“No habrá normalización y no habrá paz y estabilidad cuando se desatiendan los legítimos derechos nacionales del pueblo palestino”, subrayaron ambas partes, y añadieron: “Esperamos que las fuerzas combatientes que actúan en la arena política palestina actúen contra cualquier normalización basada en el abandono de los derechos del pueblo palestino, y las fuerzas progresistas árabes e internacionales estarán a su lado y se solidarizarán con su lucha en esta delicada etapa”.
El Partido Comunista Israelí y Hadash argumentaron que la normalización de las relaciones entre Israel y Arabia Saudí da un sello de legitimidad árabe al “gobierno de transición fascista de derechas más extremo y peligroso de la historia de Israel, el gobierno de la anexión, la perpetuación de la ocupación y los asentamientos, y los planes de transferencia declarados, la aniquilación étnica del pueblo palestino, la flagrante supremacía étnica judía, el gobierno de la eliminación de la cuestión palestina y la completa eliminación de las aspiraciones del pueblo palestino a la autodeterminación, el logro de la independencia y el fin de la ocupación”.
“Lo más peligroso es que dicho acuerdo de normalización, si se produce, será un salvavidas para el gobierno de Netanyahu-Ben Gvir, que se enfrenta a un creciente aislamiento internacional debido a su naturaleza fascista y extremista sin precedentes, y al mismo tiempo se enfrenta a una profunda crisis interna como consecuencia de las manifestaciones en las calles de Israel tras la promulgación del golpe judicial fascista. Un acuerdo así sería un regalo saudí para Netanyahu que este presentaría como un logro diplomático para poner fin a su aislamiento internacional y resolver su crisis interna”.