A medida que se agrava la crisis entre Rusia y Ucrania, el ministro de Asuntos de la Diáspora de Israel, Nachman Shai, explicó por qué Israel se ha abstenido de tomar una posición pública sobre las cuestiones implicadas.
“Israel sigue de cerca los acontecimientos, consciente de que probablemente tendrán ramificaciones a escala internacional que podrían extenderse también a nuestra región”, dijo Shai a Radio 103FM. “En general, tendemos a apoyar a Estados Unidos en las disputas internacionales, pero también tenemos excelentes relaciones con Rusia y también con Ucrania, y por lo tanto, desde hace muchos años, Israel ha mantenido una línea muy cuidadosa entre esos dos países de Europa del Este y ha evitado tomar una posición pública. Incluso cuando la mitad de la península de Crimea fue invadida, Israel se abstuvo de tomar posición”, señaló.
Según Shai, “las diversas consideraciones que entran en juego aquí son extremadamente complejas. Hemos sido absolutamente meticulosos en evitar dar la impresión de que apoyamos a Rusia o a Ucrania. Rusia es nuestro vecino”, añadió.
Cuando se le pidió que comentara la oferta del primer ministro Naftali Bennett de servir de intermediario entre Rusia y Ucrania, Shai dijo: “Yo, personalmente, nunca habría ido en esa dirección, bajo ninguna circunstancia. No hay necesidad de meterse en una situación complicada de la que no podrás salir victorioso o al menos habiendo ganado algo de valor. Israel debería distanciarse de adoptar una posición con respecto a esta disputa en particular y, en cambio, debería centrarse en proteger sus propios intereses, preservando sus buenas relaciones tanto con Rusia como con Ucrania. Deberíamos mantener nuestra distancia en la medida de lo posible”.
Shai añadió que “en estos momentos, nuestra atención debería centrarse en los ciudadanos israelíes que aún se encuentran en suelo ucraniano, así como en las comunidades judías de Ucrania y Rusia. Si Israel se posiciona de un lado o del otro, esto tendrá un impacto inmediato en las vidas de los judíos de allí. Cualquier decisión que tomemos como país tiene un efecto dominó en las vidas de los judíos de todo el mundo, por lo que debemos ser tan cuidadosos de tener en cuenta su seguridad y bienestar”.