Como lo hace cada año en Jánuca, el presidente Reuven Rivlin y el jefe del Mossad Yossi Cohen se reunieron para otorgar certificados de excelencia a cuatro mujeres y nueve hombres del Mossad. La tradicional ceremonia, que se llevó a cabo por décima vez en Beit HaNasi (la Residencia del presidente) el jueves por la noche,
Entre los hombres y mujeres destacados que recibieron los certificados de excelencia se encontraba una combatiente que dirige a sus compañeros en misiones complejas y peligrosas, asumiendo la responsabilidad personal de llevarlas a cabo de forma segura y eficaz, entrena a la siguiente generación de combatientes y asegura su desarrollo profesional bajo su mando.
También se otorgó un certificado de excelencia a una combatiente que participó en una misión clave y significativa que incluía una actividad única y de gran alcance en el extranjero, desempeñando su función con una dedicación excepcional y aspirando siempre a la excelencia.
Otros certificados fueron otorgados a una mujer oficial de inteligencia cuyo trabajo incluye el tratamiento de cuestiones estratégicas clave y a un ingeniero cibernético que ha desarrollado una nueva tecnología innovadora que permite a la comunidad de inteligencia el acceso a nuevas áreas. Otro empleado destacado crea soluciones únicas para las actividades del Mossad en su conjunto, tanto en Israel como en el extranjero.
“En el diccionario del Mossad, no encontrarás la palabra ‘imposible’. Ningún objetivo está demasiado lejos, no hay ningún individuo que no pueda ser alcanzado, y nada que permanezca fuera de su vista. Las mejores agencias de inteligencia del mundo se enorgullecen de trabajar con el Mossad por su espíritu, su audacia y su valentía, por la creatividad y el descaro israelíes”, dijo el presidente al comienzo de sus comentarios, haciendo especial hincapié en la legendaria Marcelle Ninio y en Rafi Eitan, el destacado combatiente, que falleció este año.
El presidente añadió: “La diferencia entre el fracaso y el éxito es a veces un parpadeo. Un paso innecesario, un elemento olvidado, un rastro biológico dejado atrás. Requiere – y esa es la razón de esta ocasión especial, que el Mossad sea una institución de excelencia. Para el Mossad, la excelencia no es un lujo, es la única manera de sobrevivir en el mundo de las sombras. Ustedes, los destinatarios de los certificados de excelencia, son esenciales para nuestra seguridad. Nuestros enemigos están al acecho, buscando cualquier grieta o hueco por el que pasar. Están frustrados por su fracaso en hacernos daño, y nunca dejan de buscar la manera de pillarnos desprevenidos. Para protegernos en el vecindario en que vivimos, no tenemos otra opción que ser más astutos y mucho mejores. Tenemos medios tecnológicos, armas inteligentes, software avanzado y herramientas cibernéticas, pero al final, es la gente. Ustedes son los que se enfrentan a ellos. Sin el operativo que logra infiltrarse dondequiera que esté, el analista que encuentra el lugar, el programador que escribe líneas de código inmaculadas, el combatiente que da en el blanco correcto y el minero de datos que encuentra perlas en el mar de información que se convierten en operaciones, sin ustedes, no seríamos capaces de ganar”.
El presidente concluyó sus comentarios con un agradecimiento a las familias que saben y no saben, entienden y no entienden y viven con un gran número de signos de interrogación, diciendo: “Gracias. Gracias por su paciencia, gracias por su gran apoyo. Háganlo bien y tengan éxito. Chag Sameach!”.