Las fuerzas israelíes realizaron un ataque aéreo decisivo contra un túnel en Jenín, utilizado por terroristas, evitando un inminente atentado.
El domingo, en un operativo sin precedentes, las Fuerzas de Defensa de Israel y la agencia de seguridad Shin Bet lanzaron un ataque aéreo contra una estructura subterránea en la mezquita de al-Ansari en Jenín, usada por miembros de Hamás y la Yihad Islámica Palestina. Esta “ruta terrorista subterránea” era, según informes, una base operativa para un próximo ataque terrorista.
Las autoridades indicaron que el sitio albergaba un arsenal significativo, incluyendo armas de fuego y explosivos, preparados para replicar atentados similares a los ejecutados por Hamás el 7 de octubre en el sur de Israel. Sin embargo, la cantidad exacta de integrantes de la célula terrorista sigue sin confirmarse.
La mezquita funcionaba como epicentro para la planificación y ejecución de atentados, incluyendo la detonación reciente cerca de tropas israelíes. Aunque este incidente previo no causó bajas israelíes, condujo a la neutralización de cuatro atacantes armados.
En el ataque aéreo de represalia, fuentes palestinas confirmaron la muerte de dos individuos, con varios heridos. Detalles adicionales sobre las víctimas permanecen inciertos.
En una rueda de prensa, el contralmirante Daniel Hagari, portavoz de las FDI, enfatizó que el objetivo era prevenir un “ataque terrorista asesino dentro de Israel”. Describió la situación como una “bomba de relojería”, justificando el ataque sobre el refugio subterráneo en la mezquita. Hagari añadió: “Hamás profana lugares sagrados con la esperanza de que les ataquemos. Utilizan los símbolos del Islam como escudo humano”.
El método del ataque aéreo aún no está claro, con especulaciones indicando el uso de un avión de combate, marcando esto un evento significativo; sería el primer ataque de este tipo en Judea y Samaria en casi dos décadas, subrayando la gravedad de la amenaza percibida.
Durante una operación de gran envergadura en Jenín este verano, las fuerzas israelíes asaltaron la mezquita de al-Ansari, donde descubrieron una infraestructura que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han catalogado como “terrorista”. Según informes de las FDI, en el interior de la mezquita se encontraron dos túneles interconectados, así como explosivos, armas y otros materiales militares.
Este hallazgo cobra especial importancia en el contexto de creciente tensión en las regiones de Judea y Samaria. Los conflictos se han intensificado desde que combatientes del grupo terrorista Hamás irrumpieron desde Gaza, provocando una masacre con aproximadamente 1.400 israelíes asesinados, en su mayoría civiles, el 7 de octubre. En respuesta, Israel ha iniciado una campaña contra Hamás, resultando en más de 4.300 muertos en ataques aéreos en la Franja de Gaza, según datos no confirmados proporcionados por autoridades sanitarias bajo el gobierno de Hamás.
Paralelamente, Hamás ha hecho llamamientos a los palestinos en Judea y Samaria para que se subleven contra Israel. Esta área ha presenciado recientes enfrentamientos entre las FDI y palestinos, además de varios intentos de ataques terroristas, como indica el ejército. El Ministerio de Sanidad de la Autoridad Palestina informó que, desde el 7 de octubre, al menos 90 palestinos han muerto en confrontaciones con fuerzas israelíes en estas regiones.
El control militar se ha reforzado, con 727 palestinos detenidos, incluyendo más de 480 afiliados a Hamás, desde el inicio del conflicto en Gaza. Las FDI también anunciaron la demolición de la vivienda de Maher Shalloun, miembro de Hamás, acusado del asesinato del estadounidense-israelí Elan Ganeles.
Israel mantiene una vigilancia estricta en Judea y Samaria, cerrando pasos fronterizos y puestos de control, justificando estas acciones como preventivas contra ataques. Esta estrategia de seguridad se intensifica mientras Israel contempla la posibilidad de una guerra multifronte, particularmente si Hezbolá, otro grupo terrorista respaldado por Irán, entra en el conflicto.