Los terroristas se acercaron al amparo de la oscuridad. Conocían bien la zona y suponían que nadie podía verlos. Se acercaron a una distancia de solo 25 metros de la valla de seguridad y colocaron sus explosivos. Su objetivo era claro: matar a los soldados de las FDI e incendiar el sector. Después de colocar las bombas, se retiraron hacia Siria, rastreados todo el tiempo por los observadores de las FDI, y ahora bajo el intenso fuego de las tropas israelíes.
La letal emboscada quedó al descubierto el pasado noviembre en la frontera entre Israel y Siria, en los Altos del Golán. Una zona tranquila con vistas pastorales, pero altamente volátil debido a la lucha en curso entre las FDI e Irán en lo que se ha llegado a conocer como la “guerra entre guerras”. Tres meses antes, en agosto, una célula iraní fue detectada y eliminada por comandos de las FDI mientras colocaba bombas a lo largo de la valla.
La documentación exclusiva obtenida por Israel Hayom, arroja luz sobre lo que ocurrió aquella noche en la que los terroristas intentaron matar a las tropas de las FDI que realizaban una patrulla rutinaria a lo largo de la frontera. Por primera vez, las FDI han compartido cómo se desarrolló el evento, paso a paso, junto con más detalles sobre quién estaba detrás del intento de ataque que podría haber desencadenado una guerra si hubiera tenido éxito.
“La zona es de gran importancia estratégica”, dijo el general de brigada Ze’ev Cohen a Israel Hayom, “entre otras razones porque hay una tremenda falta de bienes en el otro lado y una verdadera lucha por vivir, hasta el punto de no tener alimentos. Allí el caos es total y todas las fuerzas combatientes intentan afianzarse en la zona. Los elementos terroristas intentan reclutar a esta pobre gente para que actúe contra nosotros, lo que también ocurrió durante el incidente en cuestión. En retrospectiva, entendemos que quienes colocaron las bombas son residentes de la zona, representantes de Irán. Tenemos claro que la Unidad 840 de la Fuerza Quds las envió”.
Las bombas fueron detectadas a primera hora de la mañana. “Mis equipos están activos en el terreno en todo momento”, dice el mayor G, comandante de la unidad de élite Yahalom del Cuerpo de Ingenieros. Sus soldados tienen la misión de desactivar los artefactos explosivos en todo el sector norte, por lo que se desplegaron inmediatamente en el lugar de los hechos. “Había tres bombas antipersona, muy potentes, que apuntaban a las patrullas que operaban desde el puesto de avanzada cercano. Apuntaban específicamente a la ruta utilizada por las patrullas, y se habrían cobrado vidas, sin duda”.
Al final, explica el mayor G, los zapadores de Yahalom utilizaron herramientas muy sofisticadas para desactivar los artefactos en el lugar.
Aunque el incidente ocurrió hace tres meses, los oficiales de las FDI dicen que ha habido un aumento significativo de la actividad terrorista a lo largo de la frontera. Sólo cabe suponer que parte de esta actividad está orquestada por Irán. “La frontera norte es complicada. Por un lado, es una frontera tranquila, y desde la Segunda Guerra del Líbano no ha sucedido nada supuestamente dramático, pero en el momento en que se produce un acontecimiento, es de una escala diferente”, señala el mayor G.
Según Cohen, “cuando analizas el artefacto explosivo, comprendes el daño potencial que podría haber causado. Te hace ver que la región de los Altos del Golán no es tan tranquila como parece en la superficie”.
Y añade: “Hay gente que quiere hacernos daño, que quiere socavar nuestra soberanía, y es nuestra responsabilidad asegurarnos de que eso no ocurra. Estamos en una carrera constante contra el otro bando para aprender y tratamos de entender sus métodos. Todos los días hay incidentes en el sector: vemos a personas que se acercan [a la valla de seguridad], pastores que no siempre parecen inocentes. Por lo tanto, siempre estamos escudriñando las zonas en las que pueden colocarse bombas. Es nuestro pan de cada día”.
Al preguntarle si otra emboscada de este tipo podría estar a la vuelta de la esquina, el mayor G dice: “Estamos preparados para cualquier evento. Estudiamos toda la gama de capacidades del enemigo, ya sea Irán, Hezbolá o Hamás; las bombas de carretera en Siria no son similares a las del sector de Gaza, por lo que en la unidad siempre estamos aprendiendo y preparándonos en consecuencia”.
Junto a las contramedidas manifiestas del ejército, existe una actividad encubierta. Hace cuatro meses, un mes antes del intento de atentado en la carretera, una organización de inteligencia occidental llevó a cabo una operación clandestina en el corazón de Damasco contra la Unidad 840 de la Fuerza Quds, según informó hace unos días el sitio web de inteligencia israelí INTELLI TIMES. Durante la operación nocturna, los agentes asaltaron un apartamento en un edificio residencial en el centro del barrio de Sousa, en el norte de Damasco, a solo 500 metros de la embajada iraní y a tres kilómetros del palacio del presidente sirio Bashar Assad.
Una fuente que reveló la información al sitio web dijo que los agentes se incautaron de información y documentos sobre las actividades de la Fuerza Quds en Siria y los planes contra objetivos israelíes.