Un año después de que la Operación Escudo del Norte destruyera seis túneles de ataque transfronterizos excavados por Hezbolá, las FDI han comenzado a desplegar nuevos sensores a lo largo de la frontera con el Líbano, que son capaces de detectar e identificar cualquier sonido de excavación del grupo terrorista.
El portavoz de las FDI, el general de Brigada, Hidai Zilberman, dijo que si bien no ha habido nueva información de inteligencia sobre nuevos túneles o excavaciones transfronterizas, la infraestructura recogerá datos acústicos y sísmicos que se utilizarán como medida preventiva, alertando a los militares sobre cualquier nuevo sonido de las excavaciones de los túneles.
El proyecto de ingeniería comenzó el domingo cerca de la comunidad de Misgav Am y durará varios meses. Zilberman dijo que el proyecto continuará durante el próximo año, a lo largo de toda la frontera, basándose en la inteligencia, el presupuesto y las necesidades de la situación.
Mientras que la infraestructura será colocada dentro de las fronteras de Israel, con los sonidos de la operación de las FDI que se espera se escuchen tanto en el lado israelí como en el libanés, los militares quieren evitar un error de cálculo en ambos lados.
No habrá refuerzos de tropas como parte del proyecto, dijo Zilberman. Tanto la fuerza de mantenimiento de la paz de la ONU en el Líbano (FPNUL) como las autoridades regionales han sido informadas del proyecto.
En diciembre del año pasado, las FDI lanzaron la Operación Escudo del Norte, para descubrir y destruir todos los túneles transfronterizos excavados por Hezbolá en el norte de Israel.
Si bien los militares anunciaron el fin de la operación un mes después de haber descubierto y destruido seis túneles, señalaron que “están vigilando simultáneamente varios lugares donde Hezbolá está cavando estructuras subterráneas que aún no han cruzado a Israel”.
Según los militares, el despliegue de la infraestructura es otro componente del amplio esfuerzo defensivo de las FDI para evitar cualquier infiltración de los operativos de Hezbolá en el territorio israelí.
“Las fuerzas de las FDI seguirán cumpliendo su misión de defensa y operarán las 24 horas del día para preservar la soberanía del Estado de Israel y proteger a sus ciudadanos”, dijo el ejército.
Aunque la principal amenaza de Hezbolá es su arsenal de misiles, las FDI creen que la próxima guerra verá al grupo tratando de llevar la lucha al frente interno, infiltrándose en las comunidades para infligir importantes bajas civiles y militares.
Tras el fin de la Operación Escudo del Norte, el ejército dijo que había “privado a Hezbolá de las capacidades ofensivas únicas que había construido durante años como parte de su ataque planificado contra el territorio israelí” y que había reforzado la seguridad a lo largo de la frontera.
Los militares creen que los túneles de ataque fueron construidos como un componente clasificado en el plan de Hezbolá “Conquistar Galilea”, que habría permitido a los combatientes de élite de Radwan del grupo infiltrarse en Israel por tierra, disparar cohetes y mortero de corto alcance, permitir a otros combatientes de Radwan infiltrarse en las comunidades a través de los túneles y bloquear al ejército desde las principales carreteras, matando a tantos civiles y tropas como fuera posible.
Las FDI declararon que también continuarán una amplia labor de defensa a lo largo de la frontera libanesa, a fin de garantizar que Hezbolá no intente cavar futuros túneles en Israel, integrando diversos medios como la construcción en curso del muro fronterizo con el Líbano.
Israel ha invertido importantes cantidades de dinero y esfuerzos en el fortalecimiento de sus defensas a lo largo de la frontera con el Líbano durante los últimos años, creando obstáculos como acantilados artificiales y construyendo barreras altas de hormigón para ayudar a prevenir cualquier ataque terrestre de Hezbolá.