Un ataque aéreo mató al menos a 50 personas en un concierto en Myanmar celebrado por un grupo étnico minoritario en conflicto con el ejército gobernante, dijeron el lunes grupos de la oposición y medios de comunicación, un ataque condenado por las Naciones Unidas y las embajadas occidentales.
El ataque del avión a última hora del domingo en el estado norteño de Kachin, que el ejército aún no ha confirmado, mató a civiles, cantantes locales y oficiales del Ejército de la Independencia de Kachin (KIA), informaron los medios de comunicación, citando a testigos que dijeron que tres aviones llevaron a cabo el ataque.
No fue posible contactar inmediatamente con un portavoz de la Junta para que hiciera comentarios y la televisión estatal no mencionó el incidente en su boletín de noticias nocturno del lunes.
El ataque tuvo lugar en la región de A Nang Pa, en el municipio de Hpakant, y en él murieron al menos 50 personas, según la BBC birmana, mientras que el sitio de noticias Irrawaddy cifró el número de víctimas en un centenar. Reuters no pudo verificar inmediatamente las cifras.
Myanmar se ha visto envuelta en combates desde que el ejército derrocó al gobierno elegido a principios del año pasado. En todo el país han surgido movimientos de resistencia, algunos de ellos armados, a los que el ejército ha respondido con fuerza letal.
El portavoz del KIA, Naw Bu, dijo que el ataque tenía como objetivo las celebraciones del 62º aniversario de la fundación del ala política del ejército kachin, la Organización para la Independencia Kachin (KIO).
“Se trata de un acto bastante perverso que también puede considerarse un crimen de guerra”, dijo por teléfono.
Desde el golpe, se ha reanudado el conflicto abierto entre el ejército de Myanmar y su acérrimo rival, el KIA, que lleva seis décadas luchando de forma intermitente por una mayor autonomía para el pueblo kachin. El KIA ha manifestado su apoyo a la resistencia antijunta.
La respuesta de la ONU al ataque aéreo
La ONU en Myanmar dijo estar profundamente preocupada y entristecida por los informes sobre el ataque.
“Lo que parece ser un uso excesivo y desproporcionado de la fuerza por parte de las fuerzas de seguridad contra civiles desarmados es inaceptable”, afirmó en un comunicado.
En una declaración conjunta, los jefes de las misiones diplomáticas en Myanmar, incluidos Australia, Gran Bretaña, Estados Unidos y miembros de la Unión Europea, dijeron que el ataque “subraya la responsabilidad del régimen militar en la crisis y la inestabilidad… y su desprecio por su obligación de proteger a los civiles”.
El Gobierno de Unidad Nacional en la sombra de Myanmar instó a la ONU y a la comunidad internacional a intervenir y detener urgentemente las atrocidades.
El ejército ha arremetido repetidamente contra la ONU por lo que considera una injerencia en los asuntos internos de Myanmar y dice que sus operaciones van dirigidas a “terroristas”.