El ministro de Energía de Arabia Saudita, Khalid al-Falih, dijo el martes que dos estaciones de bombeo de petróleo en el oleoducto Este-Oeste habían sido alcanzadas por drones cargados de explosivos, calificando el ataque como “un acto de terrorismo” dirigido a los suministros mundiales de petróleo.
Falih dijo que la producción de petróleo y las exportaciones de Arabia Saudita para productos crudos y refinados continuaban sin interrupción, pero que el gigante petrolero estatal Aramco había detenido el bombeo de petróleo en el oleoducto mientras se evaluaban los daños y se reparaban las estaciones, según un comunicado publicado por Agencia estatal de noticias SPA.
Una estación de televisión dirigida por el grupo hutí de Yemen dijo el martes que un movimiento alineado con Irán había lanzado ataques con aviones no tripulados en instalaciones saudíes, sin identificar los objetivos ni el momento de los ataques.
Arabia Saudita no ofreció una confirmación inmediata del informe, que se produjo un día después de que Riad dijera que dos de sus petroleros estaban entre cuatro barcos atacados frente a las costas de los Emiratos Árabes Unidos el domingo.
El informe de Masirah TV citó a un oficial militar hutí diciendo que “siete aviones no tripulados realizaron ataques en instalaciones sauditas vitales”.
No quedó claro de inmediato si los hutíes, que luchan contra una coalición militar liderada por los saudíes en Yemen, se atribuyen la responsabilidad del ataque del domingo cerca del emirato de Fujairah, que se encuentra justo a las afueras del estrecho de Ormuz. Las autoridades de los EAU no han descrito la naturaleza de ese ataque o quién estuvo detrás de él.
Los hutíes han lanzado repetidamente ataques con aviones no tripulados y misiles contra Arabia Saudita y afirmaron haber lanzado ataques con aviones no tripulados en los Emiratos Árabes Unidos.
En Twitter, Al Masirah citó al funcionario diciendo: “Esta gran operación militar es en respuesta a la agresión y el bloqueo continuos de nuestro pueblo y estamos preparados para llevar a cabo ataques más singulares y duros”.
Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos lideran la alianza musulmana sunita respaldada por Occidente que intervino en Yemen en 2015 contra los hutíes para tratar de restaurar al gobierno internacionalmente reconocido expulsado del poder en la capital, Sanaa, a fines de 2014.
El conflicto es ampliamente visto en la región como una guerra de poderes entre Arabia Saudita e Irán. Los hutíes niegan ser títeres de Irán y dicen que su revolución es contra la corrupción.