El presidente haitiano Jovenel Moise fue asesinado a tiros por atacantes no identificados en su residencia privada durante la noche en un “acto inhumano y bárbaro”, dijo el miércoles el primer ministro interino Claude Joseph.
La esposa de Moise resultó herida y estaba recibiendo atención médica, dijo Joseph en un comunicado.
Según Joseph, el asesinato se produjo en torno a la 1 de la madrugada cuando unos intrusos armados, algunos de los cuales supuestamente hablaban español, dispararon a Moise en la cabeza, informó el medio local Juno7.
El ataque se produjo en medio de una creciente ola de violencia vinculada a la política en la empobrecida nación caribeña. Con un Haití dividido políticamente, y enfrentándose a una creciente crisis humanitaria y a la escasez de alimentos, se teme un desorden generalizado.
“Se están tomando todas las medidas para garantizar la continuidad del Estado y proteger a la nación”, dijo Joseph. Se escucharon disparos en toda la capital.
Puerto Príncipe venía sufriendo un aumento de la violencia, ya que las bandas se enfrentan entre sí y con la policía por el control de las calles.
Esa violencia se vio alimentada por el aumento de la pobreza y la inestabilidad política. Moise se ha enfrentado a feroces protestas desde que asumió el cargo de presidente en 2017, y la oposición lo acusó este año de buscar instalar una dictadura al exceder su mandato y volverse más autoritario, cargos que él negó.
Su negativa a dimitir provocó protestas generalizadas entre los manifestantes prodemocráticos, que fueron dispersados por las fuerzas policiales con gases lacrimógenos y rondas de fuego real. Según los informes, las fuerzas policiales también atacaron a varios periodistas que cubrían los disturbios, dejando al menos a uno en estado crítico.
Ese mismo mes fueron detenidas al menos 23 personas, entre ellas un alto juez y un alto cargo de la policía, acusadas de intentar dar un golpe de Estado contra el presidente.