El presidente de EE.UU., Joe Biden, y el presidente ruso, Vladimir Putin, mantendrán una videollamada el martes, en la que ambos líderes discutirán la tensa situación en Ucrania.
“Biden subrayará la preocupación de Estados Unidos por las actividades militares rusas en la frontera con Ucrania y reafirmará el apoyo de Estados Unidos a la soberanía y la integridad territorial de Ucrania”, dijo la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, en un comunicado.
Dijo que otros temas incluirían “la estabilidad estratégica, las cuestiones cibernéticas y regionales”.
Ambos hablarán también de los lazos bilaterales y de la aplicación de los acuerdos alcanzados en su cumbre de Ginebra de junio, según informó el sábado el Kremlin.
“La conversación tendrá lugar, efectivamente, el martes”, dijo a Reuters el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov. “Las relaciones bilaterales, por supuesto Ucrania y la realización de los acuerdos alcanzados en Ginebra son los principales (puntos) de la agenda”, dijo.
El momento exacto de la llamada no fue revelado.
Se cree que más de 94.000 soldados rusos están concentrados cerca de las fronteras de Ucrania. El ministro de Defensa ucraniano, Oleksii Reznikov, dijo el viernes que Moscú podría estar planeando una ofensiva militar a gran escala a finales de enero, citando informes de inteligencia. Funcionarios estadounidenses han llegado a conclusiones similares.
Biden, por su parte, ha rechazado las demandas rusas de garantías de seguridad en la región.
“Mi expectativa es que vamos a tener una larga discusión con Putin”, dijo Biden a los periodistas el viernes al partir para un viaje de fin de semana a Camp David. “No acepto las líneas rojas de nadie”, dijo.
El presidente estadounidense dijo que él y sus asesores estaban preparando un amplio conjunto de iniciativas destinadas a disuadir a Putin de una invasión. No dio más detalles, pero la administración ha hablado de asociarse con los aliados europeos para imponer más sanciones a Rusia.
El Secretario de Defensa de EE.UU., Lloyd Austin, dijo por separado que Washington se había comprometido a garantizar que Ucrania tuviera lo necesario para proteger su territorio.
Austin añadió que había mucho espacio para que la diplomacia y el liderazgo funcionaran en Ucrania.
En la misma conferencia, James C. McConville, jefe del Estado Mayor del Ejército estadounidense, se refirió el sábado a las estimaciones de entre 95.000 y 100.000 soldados rusos en la frontera con Ucrania.
“No sé lo que van a hacer, pero estoy muy, muy preocupado”, dijo McConville.
Moscú acusa a Kiev de estar llevando a cabo su propio refuerzo militar. Ha tachado de incendiarias las insinuaciones de que está preparando un ataque contra su vecino del sur y ha defendido su derecho a desplegar tropas en su propio territorio como considere oportuno.
Los funcionarios estadounidenses afirman que aún no saben cuáles son las intenciones de Putin, ni siquiera si éste ha tomado la decisión de invadir Ucrania.
Las relaciones entre Estados Unidos y Rusia llevan años deteriorándose, sobre todo con la anexión rusa de Crimea a Ucrania en 2014, su intervención en Siria en 2015 y las acusaciones de los servicios de inteligencia estadounidenses de intromisión en las elecciones de 2016 que ganó el ahora expresidente Donald Trump.
Pero se han vuelto más volátiles en los últimos meses.
El gobierno de Biden ha pedido a Moscú que tome medidas contra los ataques de ransomware y ciberdelincuencia que emanan de suelo ruso, y en noviembre acusó a un ucraniano y a un ruso de uno de los peores ataques de ransomware contra objetivos estadounidenses.
Rusia ha negado repetidamente haber realizado o tolerado ciberataques.
Desde que Biden asumió su cargo en enero, ambos líderes han mantenido una reunión cara a cara, sentándose a conversar en Ginebra en junio. La última vez que hablaron por teléfono fue el 9 de julio. Biden disfruta con las conversaciones directas con los líderes mundiales, ya que las considera una forma de rebajar las tensiones.
El Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, advirtió al ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, en Estocolmo a principios de esta semana, que Estados Unidos y sus aliados europeos impondrían “graves costes y consecuencias a Rusia si adopta nuevas medidas agresivas contra Ucrania”.