El Wall Street Journal reporta que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, junto con funcionarios de seguridad, observaron con “creciente alarma” la magnitud del ataque con misiles balísticos de Irán contra Israel durante el último fin de semana.
“Esto fue en el extremo superior, creo, de lo que éramos, de lo que estábamos anticipando”, expresó un alto funcionario al darse cuenta del tamaño del bombardeo iraní.
Un funcionario anónimo indicó al periódico que “no estaba claro hasta que todo estuviera dicho y hecho” si las defensas antimisiles de Israel y la coalición de países involucrados en la interceptación de proyectiles habían logrado su cometido.
Según el informe, Estados Unidos había estimado su capacidad de respuesta en manejar alrededor de 50 misiles balísticos, pero su preocupación aumentó significativamente al confirmarse que se habían lanzado más de 100.
El reporte añade que, ante la inminencia del ataque de Irán, se envió en secreto a un equipo de personal militar estadounidense a Tel Aviv para operar desde “un centro de operaciones de defensa antimisiles”. Además, se prepararon planes de contingencia para que aviones de Arabia Saudita y Jordania defendieran su espacio aéreo de ser necesario.
En total, Irán disparó más de 300 proyectiles contra Israel, incluyendo 170 drones, 30 misiles de crucero y 120 misiles balísticos.