La central nuclear de Barakah de los Emiratos Árabes Unidos, una primicia para el mundo árabe se puso en marcha con éxito el sábado en una región que se enfrenta a conflictos.
A continuación, se presentan algunos datos sobre la planta, que consta de cuatro reactores nucleares, diseñados para complementar las necesidades energéticas de un país que tiene importantes reservas de petróleo pero que está invirtiendo fuertemente en energías renovables.
¿Cuál es el programa nuclear de los EAU?
La planta de Barakah, de 22 400 millones de dólares, en la costa del Golfo al oeste de Abu Dhabi, está siendo construida por un consorcio liderado por la Corporación de Energía Eléctrica de Corea.
Cuando esté completamente operativa, los cuatro reactores generarán 5 600 megavatios, alrededor del 25% de las necesidades de electricidad de los EAU.
El sábado, los Emiratos Árabes Unidos presionaron el botón en el primero de los cuatro reactores. La operación comercial de la Unidad 1 está prevista para finales de este año.
“El pleno funcionamiento de la planta de Barakah en un futuro próximo contribuirá a los esfuerzos de los Emiratos Árabes Unidos para el desarrollo y la sostenibilidad”, informó Hamad Alkaabi, el representante de los Emiratos Árabes Unidos ante el Organismo Internacional de Energía Atómica, a los periodistas en enero.
La planta es una primicia regional. La vecina Arabia Saudita ha anunciado planes para construir hasta 16 reactores nucleares, pero aún no se han materializado.
¿Por qué se hace nuclear?
Los siete emiratos de los EAU tienen una población hambrienta de energía de 10 millones de personas, en su mayoría expatriados. Sus rascacielos de cristal y sus sistemas de aire acondicionado consumen energía, especialmente durante el verano abrasador.
El cuarto mayor productor de crudo en el cartel de la OPEP, el país se construyó sobre el petróleo y se asienta en un enorme yacimiento de gas recientemente descubierto.
Sin embargo, está gastando miles de millones para desarrollar suficiente energía renovable para cubrir la mitad de sus necesidades para el 2050.
Las autoridades esperan que, además de generar electricidad barata, la planta elevará la condición de los Emiratos Árabes Unidos como actor regional con influencia en Yemen, el Cuerno de África y Libia.
“Esto forma parte del impulso de los EAU para diversificar su economía energética, reducir la dependencia de los combustibles fósiles y proyectar su imagen de líder regional en ciencia y tecnología”, señaló un analista del Golfo.
Otros grandes proyectos incluyen un programa espacial propio que envió al primer astronauta de los Emiratos al espacio el año pasado y una sonda a Marte el mes pasado.
¿Es seguro?
El primero de los reactores de la planta de Barakah debía entrar en funcionamiento a finales del 2017, pero se retrasó varias veces para cumplir con las normas.
“Ha habido retrasos en la emisión de la licencia requerida (del regulador atómico del país) para garantizar la seguridad de la planta nuclear”, manifestó el analista del Golfo.
Los Emiratos Árabes Unidos han mencionado repetidamente que sus ambiciones nucleares son para “fines pacíficos” y se han movido para disipar cualquier preocupación sobre la seguridad.
Cita más de 40 misiones internacionales y revisiones del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y la Asociación Mundial de Operadores Nucleares (WANO) desde el 2010, demostrando su compromiso con la transparencia.
Los residentes que viven a menos de 50 kilómetros (30 millas) de la planta han recibido instrucciones sobre qué hacer en caso de accidente.
Los Emiratos Árabes Unidos han dicho que no desarrollarán un programa de enriquecimiento de uranio o tecnologías de reprocesamiento nuclear.
¿Cómo está el vecindario?
La planta de Barakah está situada cerca de la frontera con Arabia Saudita, más cerca de la capital qatarí, Doha, que, de la capital de los EAU, Abu Dhabi. Se encuentra en la costa de los Emiratos, separada de Irán por las turbulentas aguas del Golfo.
Irán tiene una planta de energía nuclear propia en la costa del Golfo, construida por Rusia después de años de retraso en las afueras de la ciudad de Bushehr.
Las relaciones entre Irán y los Emiratos Árabes Unidos, un aliado incondicional de los Estados Unidos, se han deteriorado debido a que Washington ha aplicado una política de “máxima presión” contra Teherán y lo ha acusado de atacar a los petroleros en las aguas del Golfo.
Un ataque con misiles y aviones no tripulados que dejó fuera de combate a la mitad de la producción del gigante energético Saudi Aramco fue reivindicado por los rebeldes hutíes del Yemen, pero Washington señaló con el dedo al Irán.
“El ataque a Aramco en el 2019 puso de relieve la vulnerabilidad de la infraestructura energética del Golfo a los ataques externos”, indicó el analista del Golfo.
Las tensiones que enfrentan a Irán con Estados Unidos y sus aliados “aumentan la vulnerabilidad de la nueva infraestructura energética ante la posibilidad de tales ataques”.
Mientras tanto Qatar, blanco de un boicot por parte de Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y otros desde junio del 2017, el año pasado afirmó que la planta representa una “flagrante amenaza para la paz y el medio ambiente de la región”.
Los Emiratos explicaron que no había motivo de preocupación, reiterando su compromiso con “el más alto grado de seguridad nuclear, protección y no proliferación nuclear”.