El parlamento de China aprobó el jueves los planes para imponer una ley de seguridad nacional en Hong Kong, que según los críticos destruirá la autonomía de la ciudad.
Más de 2.800 miembros de la Asamblea Nacional Popular (APN) votaron abrumadoramente a favor de la ley propuesta, que castiga la secesión, la subversión contra el poder del Estado, el terrorismo y las acciones que amenazan la seguridad nacional.
El anuncio de los resultados fue recibido con un constante y entusiasta aplauso de los delegados.
Sólo una persona se opuso a la propuesta, mientras que seis se abstuvieron.
La ley sería impuesta directamente por las autoridades del continente, pasando por alto al Gobierno de Hong Kong.
Según un proyecto de propuesta publicado la semana pasada, la ley permitiría a las autoridades de seguridad del continente operar abiertamente en Hong Kong.
Un Comité Permanente de la APN, que se reunirá en junio próximo, se encargará ahora de redactar la legislación, que según Beijing debería hacerse “lo antes posible”.
Los planes fueron condenados por los gobiernos extranjeros, los inversores y el movimiento prodemocrático de Hong Kong, que afirman que China está destruyendo las libertades que prometió a la ciudad en virtud de su acuerdo de transferencia de 1997 con el Reino Unido.
Estados Unidos rescindió su estatus especial para Hong Kong el miércoles, diciendo que la ciudad ya no es autónoma de Beijing, preparando el camino para futuras sanciones y la eliminación de los privilegios comerciales en el centro financiero.
China hizo de la ley de seguridad nacional de Hong Kong una prioridad máxima en las sesiones parlamentarias anuales de este año, después de que las enormes protestas pro-democracia sacudieran el centro financiero durante siete meses el año pasado.
El anuncio de la semana pasada de que China introduciría una nueva ley de seguridad provocó nuevas protestas en Hong Kong, aunque la enorme presencia policial impidió las concentraciones masivas.
El vicepresidente del Comité Permanente de la APN Wang Chen dijo la semana pasada que los retrasos en la propia ley de seguridad de Hong Kong han obligado a los líderes chinos a tomar medidas.
“Sin embargo, más de 20 años después del regreso de Hong Kong, las leyes todavía no se han aplicado debido al sabotaje y la obstrucción por parte de los que tratan de sembrar problemas en Hong Kong y China en su conjunto, así como por fuerzas hostiles externas”, dijo Wang.
China no solo se negó a responder a las preocupaciones de los manifestantes, sino que los atacó sistemáticamente como “fuerzas caóticas anti-chinas”, apoyadas secretamente por las potencias occidentales, comprometidas con la destrucción de la ciudad y buscando la plena independencia del continente.
Las autoridades continentales suelen utilizar la legislación de seguridad nacional para detener a activistas, periodistas y abogados con el pretexto de la “subversión del Estado”, en algunos casos durante varios años sin juicio ni acceso a abogados.
Quedan por aclarar varios detalles cruciales de la ley, entre ellos la forma en que definirá los delitos, así como la “injerencia extranjera”, si los delincuentes serán juzgados en Hong Kong o en China, si se permitirá a los jueces extranjeros de Hong Kong decidir sobre los casos de seguridad nacional y si la ley tendrá efecto retroactivo.