El redespliegue por parte de Turquía de un buque de investigación energética en las disputadas aguas del Mediterráneo oriental es una “provocación calculada” de Grecia que socava la unidad de la OTAN, según el equipo del secretario de Estado Mike Pompeo.
“Los Estados Unidos deploran el anuncio del 11 de octubre de Turquía sobre la reanudación de la actividad de investigación turca en las zonas sobre las que Grecia afirma su jurisdicción en el Mediterráneo oriental”, dijo el martes la portavoz del Departamento de Estado, Morgan Ortagus. “El anuncio de Turquía aumenta unilateralmente las tensiones en la región y complica deliberadamente la reanudación de las cruciales conversaciones exploratorias entre nuestros aliados de la OTAN Grecia y Turquía”.
Esa declaración es una enfática reprimenda a la postura del presidente turco Recep Tayyip Erdogan hacia su vecino aliado de la OTAN, solo semanas después de que Pompeo recorriera la región en una muestra implícita de apoyo a Grecia. Los medios de comunicación progubernamentales de Turquía lo denunciaron como una declaración “sesgada” de los Estados Unidos, pero el boletín sugiere el grado en que los funcionarios estadounidenses ven el peligro de un enfrentamiento militar entre Atenas y Ankara.
“La coacción, las amenazas, la intimidación y la actividad militar no resolverán las tensiones en el Mediterráneo oriental”, añadió Ortagus.
La disputa sobre los derechos económicos se complica por el hecho de que Grecia tiene soberanía sobre las islas cercanas a la costa de Turquía continental. Pero el uso de buques militares por parte de Erdogan para escoltar un barco de investigación para hacer cumplir sus demandas ha sacudido a la alianza transatlántica con la amenaza de un conflicto sin precedentes entre dos naciones unidas por el compromiso de defensa colectiva del artículo cinco de la OTAN.
“Estuvo cerca”, afirmó el legislador griego Dimitrios Kairidis al Washington Examiner. “Fue una seria movilización de fuerzas, y los griegos se lo tomaron en serio, tuvimos la flota fuera durante muchos días”.
Turquía retiró el buque bajo la amenaza de sanciones de la Unión Europea, pero la decisión de redesplegar el buque ha puesto en peligro las posibilidades de negociación entre los demandantes rivales.
“El liderazgo turco ha demostrado que no es un interlocutor creíble”, manifestó el martes el ministro de Asuntos Exteriores griego, Nikos Dendias. “Sus llamadas al diálogo son solo un pretexto. La comunidad internacional debe juzgar a Ankara en base a acciones, no a palabras. Todos debemos enfrentar la realidad antes de que sea demasiado tarde”.
El ministro de Asuntos Exteriores alemán Heiko Maas, quien había planeado visitar Atenas y Ankara esta semana en un intento de mediar entre los dos países pero canceló su viaje a Turquía, reprendió también a Erdogan.
“El vaivén de Turquía entre la escalada y la política de distensión tiene que parar”, señaló Maas el martes. “Depende de Turquía crear las condiciones para las conversaciones”.
La declaración de Ortagus se alineó con la presión griega y alemana. “Instamos a Turquía a poner fin a esta provocación calculada y comenzar inmediatamente las conversaciones exploratorias con Grecia”, indicó. “Las acciones unilaterales no pueden crear confianza y no producirán soluciones duraderas”.