El Departamento de Estado de Estados Unidos restableció la designación de “organización terrorista extranjera” para los hutíes de Yemen, un grupo respaldado por Irán. La medida sigue la orden del presidente Donald Trump, emitida poco después de asumir el cargo.
El secretario de Estado, Marco Rubio, confirmó la restauración de esta clasificación, que impone sanciones y penalizaciones a quienes proporcionen “apoyo material” al grupo. Según Rubio, desde 2023 los hutíes han lanzado cientos de ataques contra embarcaciones comerciales en el mar Rojo y el Golfo de Adén, además de atacar a tropas estadounidenses que protegen la libertad de navegación y a sus aliados regionales. En sus acciones más recientes, los insurgentes han permitido el paso de barcos con bandera china mientras atacaban embarcaciones de EE. UU. y sus aliados.
Con un lema que incita a la destrucción de Estados Unidos e Israel y al odio contra los judíos, los hutíes han ejecutado más de 100 ataques marítimos desde noviembre de 2023 en apoyo a los grupos terroristas palestinos que combaten a Israel. Estas acciones han afectado el comercio global. En enero, el grupo afirmó que solo atacaría barcos vinculados a Israel tras el inicio de un alto el fuego en Gaza, aunque advirtió que podría ampliar sus ofensivas si lo consideraba necesario.
Durante la guerra en Gaza, los hutíes también lanzaron misiles balísticos y drones contra Israel, provocando ataques casi diarios. Aunque la mayoría fueron interceptados, algunos lograron impactar en territorio israelí, causando víctimas y daños significativos. En un ataque, un hombre murió en Tel Aviv, mientras que en otro, una escuela resultó gravemente afectada. También hubo destrucción en la ciudad costera de Eilat.
La primera administración de Trump ya había designado a los hutíes como organización terrorista en sus últimos días de gobierno. Sin embargo, la administración del presidente Joe Biden revocó la medida por temor a que dificultara la entrega de ayuda humanitaria en Yemen, un país sumido en una crisis humanitaria extrema. Rubio descartó esa preocupación al afirmar que EE. UU. no permitirá que ninguna nación justifique relaciones con organizaciones terroristas bajo el argumento de negocios legítimos.
Junto con la designación, el programa Recompensas por la Justicia del Departamento de Estado anunció que pagará hasta 15 millones de dólares por información que ayude a interrumpir la financiación de los hutíes.
El mes pasado, la ONU suspendió sus operaciones humanitarias en áreas controladas por los hutíes tras el arresto de ocho miembros de su personal. En los últimos meses, el grupo ha detenido a decenas de trabajadores de la ONU, integrantes de organizaciones de ayuda, activistas de la sociedad civil y empleados de la embajada estadounidense en Saná. Ninguno ha sido liberado.
Desde 2014, los hutíes combaten al gobierno yemení reconocido internacionalmente, apoyado por una coalición encabezada por Arabia Saudita. Ese año, descendieron desde su bastión en Saada y tomaron el control de Saná y gran parte del norte de Yemen. En marzo de 2015, la coalición saudita, con respaldo de EE. UU., intervino militarmente para restablecer al gobierno derrocado.
Más de 150.000 personas, entre civiles y combatientes, han muerto en la guerra. En los últimos años, la guerra se ha estancado sin avances significativos. La ONU estima que en 2025 más de 19 millones de yemeníes necesitarán ayuda humanitaria debido a las crisis climáticas, la desnutrición, el cólera y los estragos económicos de la guerra.