El 10 noviembre de 1975 el embajador de Israel en las Naciones Unidas, Chaim Herzog, que más tarde se convertiría en el sexto presidente del Estado judío, dio uno de los discursos más influyentes en la historia al denunciar una resolución de la Asamblea General de la ONU que igualaba al sionismo con el racismo.
Esta, que era parte de una campaña de la Liga Árabe para aislar a Israel en la arena internacional, fue adoptada por una gran mayoría y fue revocada recién en 1991. Este período fue el punto más bajo en las relaciones entre Israel y la ONU.
En su discurso histórico, dado el mismo día en el que se adoptó la resolución, el embajador Herzog dijo: “Para nosotros, el pueblo judío, este es solo un episodio en una historia rica y llena de eventos. Para nosotros, el pueblo judío, no es más que un pedazo de papel y la trataremos como tal”.