Un reportero israelí que recorre un puesto militar ucraniano en las afueras del norte de Kiev se sorprende al toparse con un oficial llamado Alex, que dice que sus compañeros le llaman “Sion”.
El soldado le dice a Ron Ben Ishai, de Yedioth Ahronoth, que le pusieron ese nombre porque es un ferviente sionista.
Para demostrarlo, le muestra el contenido de su mochila de combate, sacando sus gafas de visión nocturna, agua y orejeras.
“Y este es mi libro favorito, Golda”, dice sacando una voluminosa biografía de la ex primera ministra israelí Golda Meir.
“Lo llevo conmigo aunque sea mi última batalla”.
Alex, que no es judío y se define como nacionalista y patriota ucraniano, dice que también es sionista porque “Ucrania tiene que dar las gracias al pueblo judío por su apoyo”.