El misil lanzado el domingo pasado por rebeldes yemeníes hacia la capital de Arabia Saudita «tenía marcas iraníes», aseguró este viernes el teniente general Jeffrey L. Harrigian, máxima autoridad de la Fuerza Aérea de Estados Unidos en Medio Oriente. La confirmación se dio durante una conferencia de prensa en Dubai.
La coalición militar encabezada por Arabia Saudita había acusado el domingo a Irán de ser el responsable del lanzamiento del proyectil, que terminó siendo interceptado sobre Riad. Al día siguiente, cerró todas las fronteras aéreas, marítimas y terrestres con Yemen, que está hundido en una cruenta guerra civil.
Inicialmente, los rebeldes hutíes, contra los que Arabia Saudita pelea en ese conflicto, se habían adjudicado el ataque. Pero Riad y parte de la comunidad internacional señalan desde hace tiempo a Teherán como principal benefactor de estas milicias chiitas.
«La dirección de las fuerzas de coalición considera esto como una agresión militar flagrante por parte del régimen iraní, que podría equivaler a un acto de guerra«, indicó el lunes una declaración difundida por la agencia oficial saudí SPA. El comunicado resaltó «el derecho del reino saudí a responder a Irán en el momento apropiado y de la manera apropiada«.
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Harrigian dijo durante su presentación que ahora buscan determinar cómo hizo Irán para hacer llegar el misil a Yemen, considerando que Riad controla las fronteras y el espacio aéreo. El alto mando militar no dio precisiones sobre el tipo de proyectil que era.
Por su parte, el régimen iraní había respondido rechazando las «irresponsables y provocativas» acusaciones de Riad. El portavoz del ministerio de Exteriores, Bahram Ghassemi, agregó que los dichos del reino petrolero eran «injustos y destructivos».
Arabia Saudita interviene militarmente al mando de una coalición de países árabes desde el 2015 en Yemen, uno de los países árabes más pobres, para ayudar al Gobierno del presidente sunita Abd Rabo Mansur Hadi frente a los rebeldes hutíes que controlan vastas regiones del país.
La guerra había comenzado un año antes, cuando las milicias chiitas seguidoras de Abdel Malek al Huti asaltaron y tomaron la capital Saná, expulsando a las fuerzas de Hadi a la ciudad de Adén. Desde entonces, el conflicto en Yemen, que de acuerdo con la ONU está al borde de convertirse en una tragedia humanitaria con 10.000 muertos y más de 40.000 heridos, se ha convertido en un punto de choque entre Arabia Saudita e Irán, competidores regionales.