Los líderes judíos de Irlanda participaron en una sesión del Comité de Asuntos Exteriores del Parlamento irlandés, donde se discutió el proyecto de ley de Dublín sobre los Territorios Ocupados. La propuesta busca prohibir la importación de bienes procedentes del Este de Jerusalén y de los asentamientos israelíes en Judea y Samaria. Se trata de un borrador que, de aprobarse, convertiría a Irlanda en el primer país de la Unión Europea en implementar esa medida.
El documento se publicó oficialmente en junio. Sin embargo, no se espera que avance su discusión parlamentaria hasta el otoño debido al receso legislativo iniciado este jueves. La legislación ha recibido objeciones de diversos sectores. Alan Shatter, exministro de Justicia y representante de la Alianza Irlanda-Israel, expresó su rechazo al señalar que “se hace eco de la legislación redactada durante los nazis en la década de 1930”.
Maurice Cohen, presidente del Consejo Representativo Judío de Irlanda, afirmó que el texto “envía un mensaje antijudío”, independientemente de si lo hace de manera intencional o no. También sostuvo ante el comité que “esto no es diplomacia. Esto no es una estrategia. Es una política de rendimiento disfrazada de principios”, y concluyó que esa postura “no ayuda a los palestinos”.
El Gran Rabino Yoni Wieder sostuvo ante el comité que la propuesta “demoniza a Israel” en lugar de exigir rendición de cuentas a Irán y Hamás. En un mensaje posterior, declaró que “si Irlanda estuviera genuinamente motivada por preocupaciones humanitarias como dijo el comité hoy, también estaría tratando de presionar a Hamás para que libere a los rehenes”.
Cuatro organizaciones judías estadounidenses —el Comité Judío Estadounidense, la Liga Antidifamación, B’nai B’rith International y la Conferencia de presidentes de las Principales Organizaciones Judías Estadounidenses— publicaron una declaración conjunta.
Advirtieron que la legislación “podría crear riesgos significativos para las empresas estadounidenses que hacen negocios en Israel y alimentaría el creciente sentimiento antisemita y antisionista en Irlanda y en otros lugares”. Además, señalaron que la medida “socava la perspectiva de una solución negociada de dos estados al intentar predeterminar unilateralmente el estatuto definitivo de los territorios en disputa”.
Según reportó RTE News, la Alianza Irlanda-Palestina defendió el proyecto como una respuesta necesaria a la ocupación israelí y al incumplimiento de sentencias emitidas por la Corte Internacional de Justicia. Fatin Al Tamimi, de la Campaña de Solidaridad con Irlanda y Palestina, describió la situación en Gaza como un “genocidio” y sostuvo que si Irlanda aprueba la ley, “todos lo seguirán”.
Algunos legisladores irlandeses también criticaron el proyecto de ley por motivos prácticos. Señalaron que su aprobación podría aislar económicamente a Dublín y deteriorar sus relaciones con aliados estratégicos. En diciembre, Israel cerró su embajada en Irlanda tras el anuncio del gobierno irlandés de que reconocería unilateralmente un Estado palestino y tras aprobar una moción no vinculante que acusaba a Israel de perpetrar un “genocidio” en Gaza.