Las fuerzas rusas se adentran en la asediada y maltrecha ciudad portuaria ucraniana de Mariupol, donde los intensos combates cierran una importante planta siderúrgica y las autoridades locales suplican más ayuda occidental.
La caída de Mariupol, escenario de algunos de los peores sufrimientos de la guerra, supondría un importante avance en el campo de batalla para los rusos, que se encuentran en gran medida empantanados fuera de las principales ciudades tras más de tres semanas de la mayor invasión terrestre en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
“Están muriendo niños, ancianos. La ciudad está destruida y ha sido borrada de la faz de la tierra”, dice el oficial de policía de Mariupol Michail Vershnin desde una calle llena de escombros en un vídeo dirigido a los líderes occidentales.
Las fuerzas ucranianas y rusas se disputan la planta siderúrgica de Azovstal en Mariupol, dice Vadym Denysenko, asesor del ministro del Interior de Ucrania. “Se está destruyendo una de las mayores plantas metalúrgicas de Europa”, dice Denysenko en declaraciones televisadas.