Hassan Alik, de 31 años, decidió abandonar el Líbano el sábado, escapando de la creciente violencia por la guerra entre Israel y Hezbolá. Subió a bordo de un barco con destino a Turquía, evitando pasar por el aeropuerto de Beirut, ya que temía que “pudiera ser bombardeado” en cualquier momento.
Alik partió desde el puerto de Trípoli, ubicado en la costa norte del Líbano, una zona que hasta ahora ha permanecido libre de ataques aéreos israelíes. Este puerto ha sido un refugio en medio de los intensos combates que han afectado al resto del país durante el último mes.
Aunque el aeropuerto internacional de Beirut no ha sido atacado hasta el momento, las fuerzas israelíes advirtieron el mes pasado que podrían lanzar bombardeos allí para interrumpir el suministro de armas a Hezbolá. El grupo terrorista, que cuenta con el respaldo de Irán, ha estado lanzando ataques diarios contra Israel por más de un año.
Debido a estas amenazas, muchos ciudadanos libaneses han optado por embarcarse en largos viajes por mar en lugar de arriesgarse a volar desde el aeropuerto. El trayecto en barco hacia Turquía toma unas 13 horas, y se ha convertido en la opción preferida por quienes desean escapar del país. Este fenómeno recuerda los ataques al aeropuerto durante la última gran guerra entre Israel y Hezbolá en 2006.
“Viajo desde aquí porque temo pasar por el aeropuerto”, expresó Alik mientras aguardaba en el puerto de Trípoli. Proveniente de los suburbios del sur de Beirut, una zona densamente poblada y dominada por Hezbolá, añadió: “Si compro un billete de avión, el aeropuerto podría ser bombardeado”.
La mayoría de las aerolíneas han suspendido sus operaciones en el aeropuerto de Beirut debido a la violencia, con la excepción de la aerolínea nacional, Middle East Airlines. Ante esta situación, los buques de carga del puerto de Trípoli, que solían transportar mercancías a Turquía, han comenzado a llevar pasajeros desde hace aproximadamente un año.
El capitán Salem Jleilati informó que el costo de un billete es de unos 350 dólares y que la demanda ha aumentado considerablemente desde que la guerra se intensificó en septiembre. Pasaron de transportar 150 pasajeros a la semana a más de 900.
Muammar Malas, un hombre de 52 años originario del norte del Líbano, también optó por viajar en barco. “Es difícil llegar al aeropuerto, está demasiado cerca de los suburbios del sur, donde los bombardeos son frecuentes”, explicó. Los barcos de carga no están diseñados para llevar pasajeros, pero la situación ha obligado a muchos libaneses a utilizarlos.
Más de un millón de personas han huido de la violencia en el Líbano, según informaron las autoridades. Entre los desplazados se encuentra Mohammad Hawar, de 22 años, quien primero abandonó Nabatiyeh, una ciudad en el sur del Líbano gravemente afectada por los ataques israelíes, y luego huyó del sur de Beirut.
“Lo mejor que podemos hacer ahora es irnos del Líbano”, dijo Hawar mientras abordaba el barco. Israa Sweidan, una refugiada palestina que también ha sido afectada por los ataques en el campamento de Beddawi, comentó que viajar por mar desde Trípoli es “la opción más segura en estos momentos en el Líbano”.
Hezbolá intensifica ataques en apoyo a Gaza desde el 8 de octubre
Desde el 8 de octubre, las fuerzas lideradas por Hezbolá han llevado a cabo ataques casi diarios contra comunidades israelíes y posiciones militares a lo largo de la frontera, justificando estas acciones como un apoyo a Gaza en medio de la guerra que Israel libra contra Hamás, otro grupo respaldado por Irán.
Tras el ataque del 7 de octubre por parte de Hamás, aproximadamente 60.000 residentes fueron evacuados de las ciudades del norte de Israel, cercanas a la frontera con el Líbano, debido al temor de que Hezbolá lanzara un ataque similar y a la intensificación de los ataques con cohetes por parte del grupo terrorista.
En el último año, los ataques en el norte de Israel han provocado la muerte de 29 civiles, mientras que 43 soldados y reservistas de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han muerto en enfrentamientos transfronterizos y en la operación terrestre que las FDI lanzaron en el sur del Líbano a finales de septiembre.
Además, dos soldados israelíes murieron en un ataque con drones lanzado desde Irak, mientras que Israel también ha sido objeto de varios ataques desde Siria, aunque estos no causaron víctimas.
Por su parte, Hezbolá ha informado que 516 de sus miembros han sido abatidos por las fuerzas israelíes durante los combates, la mayoría en el Líbano, aunque algunos murieron en Siria. Otros 94 combatientes pertenecientes a otros grupos terroristas, un soldado libanés y decenas de civiles también han perdido la vida en los enfrentamientos.
Las cifras proporcionadas por Hezbolá no han sido actualizadas consistentemente desde que Israel lanzó su nueva ofensiva contra el grupo en septiembre.