El primer ministro interino del Líbano, Najib Mikati, anunció el viernes que el país iniciará el proceso de desarme en el sur, específicamente en la zona al sur del río Litani, con el fin de reforzar la presencia del Estado en la región, conforme al acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hezbolá.
Según fuentes israelíes, las Fuerzas Armadas Libanesas han sido criticadas por no desplegarse con la rapidez requerida en el sur del país. Israel advirtió que si esto no se resuelve, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) podrían extender su presencia en la zona más allá de la fecha límite de finales de enero, estipulada en el acuerdo para la retirada israelí.
En su declaración, Mikati destacó: “Iniciaremos una nueva etapa en la que comenzaremos en el sur de Líbano, específicamente al sur de Litani, para retirar las armas y asegurar la presencia del Estado en todo el territorio libanés”. Esta declaración estuvo en línea con los comentarios hechos por Joseph Aoun, jefe de las Fuerzas Armadas Libanesas, tras su elección como presidente el jueves, poniendo fin a un estancamiento de dos años.
Aoun, quien cuenta con el respaldo de Estados Unidos y Arabia Saudita, prometió que, bajo su presidencia, el gobierno libanés tendría “el monopolio” sobre el derecho de portar armas, lo que representa una amenaza velada contra el vasto arsenal de Hezbolá, grupo respaldado por Irán.
Israel y Hezbolá se han acusado mutuamente de infringir el acuerdo de alto el fuego, que puso fin a 14 meses de guerra. El domingo, el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, advirtió que Israel se vería “obligado a actuar” si Hezbolá no se replegaba al norte del río Litani, a unos 30 kilómetros de la frontera israelí, como lo estipula el acuerdo.
La semana pasada, las FDI afirmaron haber atacado lanzacohetes de Hezbolá en el sur de Litani tras la falta de respuesta del ejército libanés a una solicitud para eliminar esa amenaza.
Por su parte, las FDI recomendaron a unos 60.000 desplazados del norte del país, afectados por los ataques con cohetes de Hezbolá, que no regresaran a sus hogares hasta marzo, un mes después de la fase inicial del acuerdo de alto el fuego que comenzó el 27 de noviembre y tiene una duración de 60 días.
A lo largo de los años, las Fuerzas Armadas Libanesas no han logrado implementar dos resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que exigen el desarme de todas las milicias libanesas y la retirada de Hezbolá al norte del Litani. El actual acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hezbolá representa el último intento de Estados Unidos de lograr que el ejército libanés cumpla estas resoluciones, ahora con la esperanza de que Hezbolá esté debilitado.
Este acuerdo se alcanzó dos meses después de que Israel intensificara sus operaciones en el Líbano, eliminando gran parte del liderazgo de Hezbolá, en un intento de poner fin a los continuos ataques de la organización.
El 8 de octubre de 2023, Hezbolá lanzó ataques casi diarios contra Israel, sin provocación, al día siguiente de que otro grupo terrorista respaldado por Irán irrumpiera en el sur de Israel, dejando unas 1.200 víctimas mortales y 251 rehenes, lo que desató la guerra en Gaza.