Las fuerzas militares de Estados Unidos están incrementando su presencia en el Golfo Pérsico en medio de las crecientes tensiones con Irán y su programa nuclear en expansión.
Despliegue militar estadounidense en el Golfo Pérsico
El USS Bataan, un barco de transporte de tropas y aeronaves, ha sido enviado al Golfo, acompañado por cazas furtivos F-35 y otros aviones de guerra. Esta decisión subraya la complejidad de la retirada militar estadounidense del Oriente Próximo y la presión constante de la amenaza nuclear de Irán.
En respuesta al incumplimiento por parte de Irán de su acuerdo nuclear de 2015, el país ha acelerado su enriquecimiento de uranio, acercándose peligrosamente a los niveles requeridos para armamento. Esta situación ha exacerbado las tensiones y ha llevado a un aumento en el acoso de buques que transitan por el estratégico estrecho de Ormuz.
Alrededor del 20 % del petróleo mundial pasa por este angosto canal, convirtiéndolo en un punto clave de interés geopolítico. Irán ha utilizado este estrecho para proyectar su poder hacia las naciones vecinas y para advertir a Estados Unidos y sus aliados de su capacidad de represalia.
EE. UU. lucha por mantener abierto el estrecho de Ormuz
El mantenimiento del estrecho de Ormuz abierto a la navegación es una prioridad para Estados Unidos. Esto asegura que los precios globales de la energía no aumenten de manera exorbitante, especialmente en un momento en que la guerra de Rusia contra Ucrania ya está presionando a los mercados.
Además, las naciones árabes del Golfo dependen del paso por el estrecho para transportar su petróleo al mercado. Estos países también están preocupados por las intenciones de Irán en la región, lo que ha fortalecido la presencia estadounidense de largo plazo en el Golfo Pérsico.
Cambios en la estrategia militar estadounidense
Aunque la presencia naval de EE. UU. comenzó a reducirse lentamente, la escalada de las tensiones con Irán y los cambiantes focos de atención de Washington, como la guerra en Ucrania y el creciente control de China sobre el mar de China Meridional, han llevado a un reforzamiento de su presencia en Oriente Medio.
La presencia de una unidad expedicionaria de Marines en la región, apoyada por el USS Bataan y el USS Carter Hall, marca la primera vez en casi dos años que Estados Unidos ha tenido tal despliegue en la región.
Respuesta iraní ante el incremento de las fuerzas estadounidenses
El aumento de la presencia militar estadounidense ha llamado la atención de Irán. El ministro de Asuntos Exteriores iraní, Hossein Amirabdollahian, ha insistido en que la paz y la estabilidad en la región pueden alcanzarse sin la presencia de fuerzas extranjeras.
El ejército iraní, por su parte, ha afirmado que el despliegue estadounidense solo traerá “inseguridad y daños” a la región. Además, Irán ha demostrado su capacidad militar al mostrar su misil de crucero Abu Mahdi, capaz de atacar barcos en el mar a una distancia de hasta 1.000 kilómetros.
Diplomacia estancada e incertidumbre en la región
Con la diplomacia estancada y una actitud cada vez más agresiva de Irán en el mar, Estados Unidos parece confiar de nuevo en su poderío militar para persuadir a Teherán. Sin embargo, la escalada en el despliegue de fuerzas mantiene en vilo la región, con cuestiones aún pendientes por resolver.