Las fuerzas rusas en Ucrania parecen haber cambiado su enfoque de una ofensiva terrestre dirigida a Kiev a priorizar lo que Moscú llama la liberación de la disputada región de Donbas, lo que sugiere una nueva fase de la guerra.
Parece demasiado pronto para saber si esto significa que el presidente Vladimir Putin ha reducido sus ambiciones en Ucrania, pero los movimientos militares rusos de esta semana indican un reconocimiento de la sorprendentemente fuerte resistencia ucraniana. Los separatistas respaldados por Rusia han controlado parte de la región de Donbás, en el este de Ucrania, desde 2014.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, vuelve a apelar a Rusia para negociar el fin de la guerra, pero dice que Ucrania no aceptaría ceder nada de su territorio en aras de la paz.
Las fuerzas de Putin están bajo gran presión en muchas partes del país, y Estados Unidos y otros países están acelerando su transferencia de armas y suministros a Ucrania. En los últimos días, funcionarios estadounidenses han dicho que ven indicios de que los defensores ucranianos están pasando a la ofensiva de forma limitada en algunas zonas.
Poniendo una cara positiva a todo esto, el subjefe del Estado Mayor ruso dijo que sus fuerzas habían logrado en gran medida los “objetivos principales” de la primera fase de lo que Moscú llama una “operación militar especial” en Ucrania.