El secretario de Estado estadounidense Mike Pompeo defendió la decisión de la administración Trump de retirar las tropas estadounidenses del norte de Siria, pero añadió que, si fuera necesario, estarían dispuestos a utilizar la fuerza militar contra Turquía, aunque “preferimos la paz”.
En una entrevista que salió al aire en CNBC el lunes, se le preguntó a Pompeo cómo la reciente medida de la administración era consistente con sus anteriores críticas al ex presidente de Estados Unidos, Barack Obama. En el pasado, el secretario atacó a Obama por no haber actuado sobre la violación de la línea roja que el propio presidente había trazado contra el uso de armas químicas del líder sirio Bashar Assad.
El entrevistador Wilfred Frost también citó a Pompeo un discurso que dio diciendo que “West Point me enseñó un código básico de integridad: si comprometemos el prestigio estadounidense a una acción, nuestros aliados dependen de nosotros para llevarla a cabo”.
Pompeo afirmó que el caso era “fundamentalmente diferente”.
“Turquía no lo hizo, el país que Turquía invadió, en el que llevó a cabo una incursión, es Siria, una nación soberana. Trabajamos con amigos kurdos, las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) a lo largo y ancho del río Éufrates”, respondió.
“Juntos derribamos la amenaza del Califato de ISIS”, agregó Pompeo. “Fue en beneficio de las SDF, fue en beneficio de los Estados Unidos de América y, de hecho, en beneficio del mundo. El compromiso que hicimos de trabajar junto a ellos lo cumplimos completamente”.
Afirmó además que Estados Unidos continúa cumpliendo con su compromiso de contrarrestar a ISIS en todo el mundo.
Turquía lanzó su ofensiva transfronteriza el 9 de octubre, diciendo que su objetivo era establecer una “zona segura” de unos 30 km a lo largo de 440 km de frontera, haciendo retroceder a las fuerzas lideradas por los kurdos y preparándose para asentar hasta 2 millones de refugiados sirios que actualmente acoge.
La ofensiva turca, actualmente detenida por una pausa de 120 horas que expira a última hora del martes, se ha centrado en dos ciudades fronterizas sirias, Tel Abyad y Ras al Ain, que se encuentran aproximadamente en el centro de la franja fronteriza a la que se dirige Turquía.
Según las autoridades kurdas, la operación ha causado la muerte de más de 215 civiles, entre ellos varios niños.
Pompeo dijo que la incursión de Turquía ocurrió en contra de los deseos de Trump y que los Estados Unidos entablaron una conversación con Ankara para “reducir el riesgo para las mismas personas que usted sugirió que abandonáramos de alguna manera”.
Cuando se le preguntó si los kurdos no eran una nación soberana, lo que significaba que su tierra y sus vidas podían ser sacrificadas, Pompeo dijo que el trabajo que hacían apuntaba precisamente al resultado opuesto, y que él estaba “plenamente convencido de que ese trabajo salvaba vidas”.
“No solo las vidas de los combatientes [de las Fuerzas Democráticas Sirias], sino también las de las minorías étnicas de la región”, añadió Pompeo.
El secretario no entró en detalles de lo que se necesitaría para que Washington utilizara la fuerza militar contra Turquía, un miembro de la OTAN. Dijo que su preferencia es para las potencias económicas y diplomáticas, pero que, sin embargo, también estarían dispuestos a reanudar el uso de la fuerza.
“Preferimos la paz a la guerra”, dijo Pompeo a CNBC. “Pero en caso de que sea necesaria una acción cinética o militar, debe saber que el presidente Trump está preparado para llevar a cabo esa acción”.
Pompeo dijo que ser socios de la OTAN no significa ser consecuentes con lo que Estados Unidos desea. Aportó como ejemplo la posición sobre Irán y el acuerdo nuclear.
“Ustedes han visto a los socios de la OTAN adoptar un enfoque muy diferente con respecto al JCPOA, el acuerdo nuclear con Irán. Creemos que es terrible. Tres de nuestros amigos más cercanos eligieron un camino diferente. No significa que rompas una relación”.