Nabih Berri, presidente del Parlamento libanés y firme aliado de Hezbolá, afirmó que la represalia por parte de Irán y Hezbolá contra Israel es inevitable, sugiriendo que “la venganza es un plato que se sirve frío”.
Esto, en respuesta al reciente asesinato del alto comandante de Hezbolá, Fuad Shukr, en un ataque aéreo israelí en Beirut, y al asesinato del líder de Hamás, Ismail Haniyeh, en Teherán.
Aunque Irán y Hamás han señalado a Israel como responsable de la muerte de Haniyeh, el gobierno israelí no ha confirmado ni desmentido su implicación en el ataque.
En una entrevista concedida al periódico libanés Al-Jumhuriya, Berri comentó que la presunta decisión del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de ordenar estos asesinatos no es coherente con la actitud de alguien que busca un alto el fuego.
Berri no descarta la posibilidad de un conflicto bélico a gran escala entre Hezbolá e Israel mientras Netanyahu permanezca en el poder, aunque subrayó que los grupos apoyados por Irán en la región están gestionando la situación de manera calculada.
En cuanto a la situación interna del Líbano, Berri destacó que la guerra con Israel debería servir como un estímulo para acelerar las consultas destinadas a la elección de un nuevo presidente que fortalezca el frente interno. Líbano lleva más de dos años sin un presidente efectivo, y después de doce rondas de votación en el Parlamento, aún no se ha logrado elegir un nuevo líder.