El presidente tunecino, Kais Saied, afirmó que la palabra “normalización” no existe para él cuando se trata de Israel.
Saied hizo estos comentarios en una reunión con embajadores extranjeros en la capital, Túnez, según cita Times of Israel.
El presidente tunecino pidió a los recién nombrados embajadores de Serbia, Irán, Irak y Turquía que nunca olviden que la causa palestina es la “cuestión central para todas las naciones”.
También subrayó la importancia de abogar porque Jerusalén sea la capital de un Estado palestino independiente, por el derecho al retorno de los “refugiados palestinos” y porque los árabes palestinos recuperen sus derechos sobre “toda Palestina”.
Túnez, como la mayoría de los países árabes, no mantiene relaciones diplomáticas con Israel. Después de que varios países árabes normalizaran sus lazos con Israel en 2020 como parte de los Acuerdos de Abraham, Túnez reiteró que no está interesado en establecer relaciones diplomáticas con Israel y que su posición no se verá afectada por ningún cambio internacional.
En 2014, la ministra de Turismo de Túnez se enfrentó a las críticas de los parlamentarios por un viaje a Israel que realizó en 2006 para participar en un programa de formación de la ONU para jóvenes árabes palestinos.
En 2018, un legislador tunecino arrancó una bandera israelí durante una sesión parlamentaria para impulsar sus demandas de una ley que criminalice las relaciones con Israel.
Saied describió a principios de 2020 el acuerdo de paz propuesto por el entonces presidente estadounidense Donald Trump para Israel y la Autoridad Palestina como la “injusticia del siglo”.
Sus últimos comentarios se producen tras la reunión entre el ministro de Asuntos Exteriores, Eli Cohen, y la ministra libia de Asuntos Exteriores, Najla Mangoush, que causó un gran revuelo en Libia.
El jefe del Gobierno de Unidad Nacional libio, Abdulhamid al-Dbeibah, suspendió a Mangoush y la remitió a una investigación tras su reunión con el ministro Cohen.
Posteriormente, se informó de que Mangoush abandonó el país y embarcó en un avión privado con destino a Turquía.