Han pasado más de siete meses desde que los militares rusos invadieron Ucrania, y la guerra está siendo horrible para los agresores.
En el día 215 de la guerra en Ucrania, las fuerzas ucranianas siguen presionando en el este y el sur con sus contraofensivas.
Este mes, el ejército ruso ha utilizado misiles balísticos de corto alcance para atacar dos presas en el centro de Ucrania en un intento de detener o retrasar los avances ucranianos. Las fuerzas ucranianas están avanzando río abajo de las presas, y los ataques rusos contra las presas pretendían inundar los puntos de paso de los militares ucranianos. Sin embargo, las presas están lo suficientemente lejos de los puntos de cruce, y la capacidad de cruce de puentes de las fuerzas ucranianas es lo suficientemente robusta como para que los ataques hayan sido en gran medida en vano.
La destrucción de una infraestructura tan importante contrasta con la práctica rusa anterior de evitar daños a gran escala en importantes funciones socioeconómicas y de transporte en la Ucrania ocupada.
El objetivo del Kremlin, después de todo, es capturar y ocupar Ucrania, y destruir infraestructuras clave en un territorio que se desea explotar es contraproducente y una medida de último recurso.
Las bajas rusas en Ucrania
Puede que el presidente ruso Vladimir Putin haya convocado una movilización parcial de la que se espera que salgan 300.000 nuevos soldados para sus maltrechas unidades de primera línea, pero hasta que esas tropas acaben en Ucrania, el ejército ruso sigue recibiendo una fuerte paliza. (Cabe señalar que, incluso con los refuerzos, las perspectivas del ejército ruso no son precisamente prometedoras).
En general, el Ministerio de Defensa ucraniano afirmó que, hasta el lunes, las fuerzas ucranianas han matado a aproximadamente 57.200 soldados rusos (y han herido a aproximadamente el triple), han destruido 260 aviones de combate, de ataque y de transporte, 224 helicópteros de ataque y de transporte, 2.290 tanques, 1.369 piezas de artillería, 4.857 vehículos blindados de transporte de personal y vehículos de combate de infantería, 330 sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes (MLRS), 15 barcos y cúteres, 3.711 vehículos y tanques de combustible, 172 baterías antiaéreas, 970 sistemas aéreos tácticos no tripulados, 131 plataformas de equipos especiales, como vehículos puente, y cuatro sistemas móviles de misiles balísticos Iskander, y 241 misiles de crucero derribados por las defensas aéreas ucranianas.
Movilización rusa: ¿Ayudará a ganar la guerra de Ucrania?
Putin ha llamado a 300.000 reservistas para que se presenten al servicio y se desplieguen en las unidades de primera línea que luchan en Ucrania. Pero eso no se traduce necesariamente en un ejército ruso más eficaz en el combate.
Para empezar, muchos de los reservistas rusos no han recibido formación militar durante años. Además, el sistema de formación militar ruso pone más énfasis en la formación en el puesto de trabajo en la unidad que en la formación básica, al contrario de lo que hace el ejército estadounidense.
“La falta de instructores militares, y la premura con la que Rusia ha iniciado la movilización, sugiere que muchas de las tropas reclutadas se desplegarán en el frente con una mínima preparación pertinente. Es probable que sufran un alto índice de desgaste”, evaluó la Inteligencia Militar británica en su última estimación sobre la guerra.