Estados Unidos no puede esperar que Rusia trate de involucrar a China en las conversaciones sobre armas estratégicas, dijo el viceministro de Relaciones Exteriores ruso Sergei Ryabkov durante un debate en línea organizado por la Fundación de Diplomacia Pública, Alexander Gorchakov.
De acuerdo con Ryabkov, los estadounidenses plantearon tal demanda durante las negociaciones sobre la extensión del Tratado START-3, el último acuerdo existente que limita el número de ojivas nucleares en los EE.UU. y Rusia.
El Tratado, que expira en 2021, tiene la opción de prorrogarlo por otros cinco años, pero el diálogo sobre esta cuestión se ha estancado.
“Los americanos dicen: lleven a los chinos a la mesa de negociaciones. ¿Por qué está en juego el tema?”, dijo Ryabkov, citando a TASS.
Pekín no tiene intención de limitar su potencial nuclear. “La posición de la República Popular China es bien conocida por todos nosotros. Tenemos un gran respeto por esto, y nuestros colegas en Washington no pueden esperar que hagamos ningún esfuerzo para satisfacer sus deseos”, dijo el viceministro.
Subrayó que la norma fundamental de toda negociación es que sus participantes se guíen por una comprensión consciente de sus propios intereses durante las negociaciones. “Debe basarse en su voluntad política (china)”, dijo Ryabkov.
El año pasado, el Tratado de Misiles de Alcance Intermedio, que prohibía a los Estados Unidos desplegar armas nucleares en Europa, y las armas de Rusia dirigidas a los miembros europeos de la OTAN, fueron al basurero de la historia. El colapso del START III significaría el colapso del sistema mundial de limitación de armas nucleares creado por los Estados Unidos y la Unión Soviética al final de la Guerra Fría.
“Uno de los mayores problemas del Tratado START – entre muchos otros reveses – es que los chinos no están participando”, dijo el Representante Especial para el Control de Armas, en una entrevista con The Washington Times.
También subrayó que el tratado es más beneficioso para Rusia que para los Estados Unidos, y que Washington no está interesado en “el control de armas simplemente por el hecho mismo del control de armas”.