En un movimiento que levantaría las cejas incluso por los estándares de la Guerra Fría de la polémica política, la embajada de Rusia en Washington pareció amenazar al caza F-35 de Estados Unidos con material de propaganda de la era de Vietnam.
En febrero, la dirección oficial de la embajada de Rusia en Estados Unidos publicó en Twitter la siguiente actualización:
“Si Rusia… alguna vez viera un F-35 dentro de su espacio aéreo, nos encantaría enviar al Jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea General David L. Goldfein un mensaje con dos palabras: ‘recuerden Vietnam’. Un F-35 nunca estará solo”.
Tal y como ha observado Foxtrot Alpha, el tweet es una referencia directa a una reciente conferencia de la Institución Brookings dada por el jefe de personal de la Fuerza Aérea, el general David Goldfein. Durante su charla, el General Goldfein dio esta evaluación de las capacidades del F-35:
“Si China o Rusia u otro adversario en el mundo viera un F-35 dentro de su espacio aéreo”, dijo Goldfein. “Me encantaría enviarles a todos ellos mensajes con dos palabras: ‘estamos aquí’”, dijo. Un F-35 nunca estará solo”.
Varios medios de comunicación han ofrecido información importante sobre el discurso de Goldfein, señalando que sus comentarios llegaron después de una exitosa actuación de los F-35 en el ejercicio anual Bandera Roja en Nevada. En el mismo evento de Brookings, Goldfein destacó que el F-35 superó “nuestras expectativas en lo que se refiere no solo a ser capaz de sobrevivir, sino de perseguir objetivos”.
Sin embargo, el contexto que subyace a la respuesta rusa es menos amplio. En la superficie, se trata claramente de un juego de palabras que pretende ser una excavación en las capacidades de sigilo del F-35; es decir, un F-35 “nunca estará solo” en el espacio aéreo ruso porque los sistemas antiaéreos rusos lo detectarán.
Las imágenes de la propaganda de Vietnam también son sencillas, considerando las pérdidas masivas sufridas por la Fuerza Aérea de Estados Unidos durante la Guerra de Vietnam. Estas pérdidas se debieron, en gran parte, a los cientos de sistemas de defensa aérea, más prolíficamente, el S-75 Dvina, y a los cañones antiaéreos canalizados por los soviéticos al Viet Cong.
Aún así, hay algunos subtextos más profundos que vale la pena considerar. Primero, el Kremlin está comprometido en una larga campaña de relaciones públicas para vender a potenciales inversores la viabilidad de su programa de cazas sigilosos Su-57. En el sentido de que estos esfuerzos siempre han incluido disparos a los F-35 competidores, el tweet no sería nada inusual si fuera escrito por un comentarista político o analista militar ruso. De hecho, es casi seguro que nunca habría sido cubierto por los principales medios de comunicación si no viniera de la Embajada Rusa.
Pero si la pista es la fuente y no el contenido, entonces, ¿qué explica lo primero? ¿Por qué un cuerpo diplomático oficial como la Embajada Rusa tuitearía algo de este tipo?
Esta es quizás la ilustración más agresiva de un nuevo enfoque retórico ruso. A principios y mediados de 2010 la práctica habitual del Kremlin consistía en ignorar simplemente las difamaciones occidentales contra las capacidades militares rusas. Pero en los últimos años las autoridades rusas han ido respondiendo públicamente a este tipo de comentarios de una forma cada vez más dramática. Como un ejemplo reciente, hace solo unos meses el Ministerio de Defensa ruso emitió una respuesta mordaz al embajador de Estados Unidos en Colombia, quien descartó el bombardero Tu-160 como poco más que una pieza de museo.
Esta estrategia quizás no carece de fundamento. En un momento en que el Kremlin está señalando activamente a la OTAN sus capacidades de disuasión nuclear y convencional, pueden muy bien creer que ni siquiera un desaire indirecto contra los sistemas de defensa aérea rusos puede quedar sin respuesta.