El fracaso de las conversaciones diplomáticas con la OTAN y Estados Unidos no ha mitigado la postura beligerante de Moscú. En su lugar, el Kremlin sigue intensificando las tensiones. Los rusos están enviando piezas de material militar, incluidos sus lanzadores de misiles Iskander, desde Siberia hacia el oeste, mientras exigen a Occidente que no despliegue armas en Ucrania.
En su conferencia de prensa anual sobre política exterior, el 14 de enero, el ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, dijo que a Moscú se le ha “agotado la paciencia” con Occidente y que esperaba una respuesta por escrito a sus demandas de garantías de seguridad en el plazo de una semana.
Moscú espera la respuesta de Occidente a sus demandas.
Lavrov ha reiterado que la acumulación militar de la OTAN cerca de la frontera rusa es absolutamente inaceptable. Pero permitir el ingreso de Ucrania en el bloque es sólo una de las muchas líneas rojas.
“Desplegar armas ofensivas allí es otra línea roja”, dijo Lavrov, subrayando que Moscú desaprueba la cooperación militar entre Ucrania y Occidente, incluso si la primera no es miembro de la OTAN. Añadió que Moscú tiene varias opciones si Occidente rechaza las propuestas de seguridad de Rusia. “Dependerá de las propuestas que me presenten nuestros expertos militares”, dijo.
Los duros comentarios de Lavrov se produjeron horas después de que Kiev informara de un ciberataque masivo a varios sitios web del gobierno. Ucrania acusó a los hackers rusos de estar detrás del ataque. El mismo día, la Casa Blanca dijo que la amenaza de una invasión rusa de Ucrania sigue siendo alta y anunció que tenía información de inteligencia que sugería que Rusia había enviado saboteadores al este de Ucrania para escenificar un incidente que podría usarse como pretexto para justificar una invasión.
El mismo día, el Ministerio de Defensa ruso anunció que las tropas estacionadas en el este de Siberia y en la región del Lejano Oriente (Distrito Militar del Este) habían sido desplazadas por todo el país como parte de unos ejercicios rápidos para comprobar su “preparación para llevar a cabo sus tareas tras el redespliegue a una gran distancia”.
Esto se produjo en respuesta a los informes independientes de que Rusia lleva dos semanas transportando su material militar al oeste desde los Urales, incluyendo trans, camiones, vehículos de combate y lanzadores.