La organización terrorista Hezbolá del Líbano, liderada por Hassan Nasrallah desde un búnker subterráneo, está evitando una disputa con Rusia por la mediación del Presidente Vladimir Putin que llevó a la entrega de los restos de un soldado israelí muerto en batallas entre los ejércitos israelí y sirio en Sultan Yaqoub en 1982.
La devolución tuvo lugar en Moscú tres días antes de la fecha de las elecciones parlamentarias en Israel. Esta no es la primera vez que Hezbolá se abstiene de participar en un debate con Rusia. La organización terrorista guardó silencio cuando Putin le ofreció al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, un tanque israelí que le entregó el dictador sirio Bashar al-Assad.
Hezbolá, de una manera u otra, no estaba satisfecho con lo que definió como “un regalo de Siria a Israel a través de la mediación rusa”. En lugar de preguntar a su aliado sirio sobre el secreto detrás de la sincronización de este paso, justo antes de las elecciones parlamentarias en Israel, la organización terrorista financiada por Irán guardó silencio.
Aparte de la posición de la organización terrorista Hezbolá, fuentes políticas libanesas preguntan si el consenso entre Moscú y Washington, en lo que perciben como ayuda a Netanyahu en el cierre de su campaña electoral, nació por casualidad, y cuestionan la posición del llamado “eje de la resistencia” a este respecto, en medio de las afirmaciones de que la renovación del término de Netanyahu Permitir que Moscú medie entre Jerusalén y Damasco.
Esta mediación, según dicen las fuentes, podría considerarse como un primer paso para alentar a las partes siria e israelí a evitar la tensión a nivel militar, a raíz de la decisión del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, de reconocer a los Altos del Golán como territorio de Israel.
Además, Moscú, que ha logrado distanciar a los grupos militares de Irán del sudoeste de Siria, ahora está tratando de mediar entre Damasco y Jerusalén con el conocimiento de la administración estadounidense.