“Quiero decirle a nuestro comandante en jefe que deje de cometer actos de terror en Ucrania porque cuando volvamos nos levantaremos contra él”, dice Vladimir, un oficial de reconocimiento.
“Los crímenes que hemos cometido; todos seremos juzgados por igual. Aparte de eso, no puedo decirlo. Es imposible adivinar… Nos juzgarán”, dice a la cadena Maxim, oficial y piloto de cazabombarderos.
“No se trata sólo de desmilitarizar Ucrania o de la derrota de las Fuerzas Armadas de Ucrania, sino que ahora se destruyen ciudades de civiles pacíficos. Incluso, no sé, qué puede justificar, joder, las lágrimas de un niño, o incluso peor, la muerte de personas inocentes, niños”, añade Maxim.
Otro piloto, cuyo nombre de pila es Alexei, añade en voz baja: “En realidad no depende de nosotros, a quién bombardear, qué bombardear. Es una orden”.
Según la cadena, los prisioneros no sugirieron que estuvieran hablando bajo coacción. En ningún momento los servicios de seguridad ucranianos intervinieron o dirigieron a la CNN o a los prisioneros para que hicieran o respondieran a preguntas concretas, añade la cadena.