Donald Trump y Mohammed bin Salman sellan una alianza económica con $600 mil millones en inversiones, incluyendo el mayor acuerdo de armas de la historia.
Trump y Arabia Saudita consolidan alianza económica y de defensa
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó un acuerdo económico estratégico con Arabia Saudita el 13 de mayo de 2025 en Riad, marcando el inicio de su gira por los estados del Golfo. La Casa Blanca anunció que el acuerdo incluye una inversión saudí de $600 mil millones en Estados Unidos y un contrato de defensa por $142 mil millones, descrito por fuentes oficiales como el mayor acuerdo de armas en la historia entre ambos aliados. La televisión estatal saudí reportó que el pacto abarca sectores como energía, defensa, minería e inteligencia artificial, fortaleciendo la relación bilateral en un contexto de tensiones regionales con Irán y desafíos económicos globales.
Durante una reunión en el palacio real, Trump expresó afinidad personal con el príncipe heredero Mohammed bin Salman, gobernante de facto del reino, declarando: “Realmente creo que nos caemos muy bien”. La firma ocurrió en presencia de líderes empresariales estadounidenses, incluido el multimillonario Elon Musk, destacando el enfoque en inversiones para generar empleos en Estados Unidos. El acuerdo refuerza la posición de Arabia Saudita como un socio clave en el Oriente Medio, donde depende de tecnología militar estadounidense para contrarrestar amenazas de Irán y grupos terroristas como los Hutíes.
El pacto de defensa, según fuentes citadas por Reuters, involucra a contratistas estadounidenses como Lockheed Martin, Boeing, RTX Corp, Northrop Grumman y General Atomics, quienes proveerán sistemas avanzados, incluyendo aviones de transporte C-130, misiles y radares. Sin embargo, el acceso a cazas F-35 permanece restringido debido a preocupaciones de seguridad. Este acuerdo se suma a una larga tradición de ventas de armas estadounidenses al reino, que entre 2011 y 2015 representó cerca del 10% de las exportaciones de defensa de Estados Unidos.
La gira de Trump, que incluye visitas a Qatar el 14 de mayo y a Emiratos Árabes Unidos el 15 de mayo, busca recaudar billones en inversiones para la economía estadounidense. La ausencia de una parada en Israel, aliado histórico de Estados Unidos, generó especulaciones sobre un cambio en las prioridades de Washington, aunque funcionarios de la Casa Blanca resaltaron que el viaje prioriza acuerdos comerciales sobre temas de seguridad regional.
Datos clave del acuerdo económico entre EE. UU. y Arabia Saudita
- Inversión total: $600 mil millones en cuatro años, destinada a sectores como energía, defensa y minería.
- Acuerdo de armas: $142 mil millones, el mayor en la historia bilateral, según la Casa Blanca.
- Contratistas involucrados: Lockheed Martin, Boeing, RTX Corp, Northrop Grumman, General Atomics.
- Sistemas de defensa: Incluye aviones C-130, misiles, radares, pero no cazas F-35.
- Contexto histórico: Entre 2011-2015, Arabia Saudita compró el 10% de las exportaciones de armas de EE. UU.
Antecedentes y escepticismo sobre acuerdos de armas
El anuncio del acuerdo de $142 mil millones recuerda un precedente en 2017, cuando Trump y el rey Salman bin Abdulaziz firmaron cartas de intención por $110 mil millones en ventas de armas, con un compromiso adicional de $350 mil millones a diez años. Sin embargo, análisis de Brookings Institution y The Washington Post revelaron que solo $14.5 mil millones se materializaron hasta 2018, calificando el anuncio como “noticias falsas” debido a la falta de contratos firmados. Las cartas de intención, según expertos, eran más una lista de deseos que acuerdos vinculantes, y la capacidad de pago saudí se vio limitada por la caída de los precios del petróleo y la costosa campaña en Yemen.
A diferencia de 2017, el contexto actual muestra a Arabia Saudita con un fondo soberano, el Public Investment Fund (PIF), valorado en $925 mil millones, lo que sugiere mayor capacidad para financiar inversiones. No obstante, el reino enfrenta un déficit fiscal proyectado de $27 mil millones en 2025 y presiones para cumplir con su plan Vision 2030, que busca diversificar la economía más allá del petróleo. Estas limitaciones económicas podrían afectar la ejecución del compromiso de $600 mil millones, aunque la Casa Blanca mantiene que los acuerdos generarán “cientos de miles de empleos” en Estados Unidos.
El acuerdo también responde a dinámicas geopolíticas. Arabia Saudita busca consolidar su alianza con Estados Unidos frente a la influencia de Irán, que ha amenazado al reino en caso de ataques israelíes o estadounidenses. La reconciliación saudí con Irán en 2023, mediada por China, y el fin de su intervención en Yemen han reducido su dependencia de garantías de seguridad externas, pero el reino aún valora el acceso a armamento avanzado estadounidense. Además, Riad ha diversificado sus inversiones hacia África y América Latina, pero el acuerdo con Trump refuerza su apuesta por Estados Unidos como socio estratégico.
La presencia de ejecutivos de BlackRock, Citigroup, IBM, Qualcomm y Alphabet en un foro de inversión en Riad el 13 de mayo subraya el interés del sector privado estadounidense en el mercado saudí. Las discusiones incluyeron posibles acuerdos en inteligencia artificial, energía nuclear civil y exportaciones de semiconductores, aunque las restricciones de seguridad nacional limitan el acceso saudí a chips avanzados.
Implicaciones regionales y el rol de Arabia Saudita
La gira de Trump ocurre en un momento de alta tensión en el Oriente Medio. La guerra en Gaza, iniciada tras el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, complica las negociaciones para normalizar relaciones entre Arabia Saudita e Israel bajo los Acuerdos de Abraham, promovidos por Trump en su primer mandato. Mohammed bin Salman ha condicionado la normalización a un camino creíble hacia un Estado palestino, una demanda que enfrenta resistencia en Israel. Sin un alto al fuego en Gaza, la normalización permanece estancada, lo que explica el enfoque económico del viaje de Trump.
Arabia Saudita ha emergido como un actor diplomático clave, albergando negociaciones entre Estados Unidos y Rusia sobre Ucrania y discusiones con Israel y Hamás sobre Gaza. Esta influencia refleja su creciente peso global, respaldado por su rol como mayor exportador de petróleo y su fondo soberano. Sin embargo, el reino enfrenta críticas internas por su déficit fiscal y el desempleo del 7%, que contrastan con los objetivos de Vision 2030 de reducirlo al 5%. Las inversiones en Estados Unidos, aunque beneficiosas para empresas como Boeing y Lockheed Martin, priorizan empleos estadounidenses, lo que podría generar tensiones domésticas en Riad.
La relación personal entre Trump y Mohammed bin Salman, consolidada durante el primer mandato de Trump, ha resistido controversias, como el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en 2018. A pesar de la condena internacional, Trump mantuvo su apoyo al príncipe heredero, priorizando los intereses económicos y estratégicos. Esta dinámica persiste en 2025, con Trump destacando los beneficios del acuerdo para la economía estadounidense y Mohammed bin Salman buscando tecnología y seguridad para fortalecer su posición regional.
La gira continuará en Qatar, mediador clave en las negociaciones de Gaza, y en Emiratos Árabes Unidos, que ha prometido $1.4 billones en inversiones a diez años. Estos compromisos reflejan la competencia entre los estados del Golfo por atraer la atención de Trump, quien ha resaltado su capacidad para negociar acuerdos “históricos”. Sin embargo, la sostenibilidad de estas inversiones dependerá de los precios del petróleo y la estabilidad regional, factores que siguen siendo inciertos en un Oriente Medio marcado por conflictos y rivalidades.