Kiev, Ucrania – Ucrania tiene pruebas de que las fuerzas rusas han utilizado bombas de racimo prohibidas en dos regiones del sur del país, según afirma la fiscal general Iryna Venediktova.
Las bombas de racimo esparcen decenas de pequeñas cargas explosivas por una zona, algunas de las cuales pueden no explotar inmediatamente, convirtiéndose en minas antipersona que suponen una amenaza para los civiles mucho después de que finalice el conflicto.
Grupos de presión como Amnistía Internacional y Human Rights Watch afirmaron haber recogido pruebas del uso de bombas de racimo en zonas donde había civiles en Ucrania.
Un tratado de la ONU celebrado en 1997 prohibió el uso de minas antipersona, pero ni Rusia ni Estados Unidos lo firmaron, aunque sí Ucrania.
Preguntada por los periodistas sobre el uso de este tipo de municiones por parte de los rusos en sus bombardeos sobre la capital ucraniana desde que comenzó la invasión hace más de un mes, Venediktova dice que no tiene pruebas concretas, pero que las investigaciones están en marcha.
“Pero… tenemos pruebas de la utilización de bombas de racimo en la región de Odesa y en la zona de Kherson”, afirma.
Las tropas rusas no han podido avanzar sobre Odesa, la principal ciudad portuaria de Ucrania en el Mar Negro.
Kherson es la única ciudad importante que las fuerzas rusas han capturado desde que comenzó su invasión, pero las tropas ucranianas han tratado de recuperar la ciudad de tamaño medio en la ruta de Crimea ocupada por Rusia a Odesa.
Venediktova afirma que los periodistas están sacando a la luz casos de posible uso de bombas de racimo y otras armas prohibidas.
“Pero… solo puedo mencionar casos en los que tengo pruebas muy concretas, por ejemplo… cuando tengo fragmentos (de bombas) o muestras y análisis del suelo”, dice, sin dar más detalles.