Rusia ha acusado de traición al activista de la oposición encarcelado y columnista del Washington Post, Vladimir Kara-Murza, por criticar al Kremlin en el extranjero, en la última medida de una represión sin precedentes de la disidencia durante la invasión de Ucrania por el presidente Vladimir Putin.
El abogado de Kara-Murza, Vadim Prokhorov, ha declarado a la agencia estatal Tass que el activista se enfrenta a una pena de hasta 20 años de prisión por sus tres apariciones públicas en Lisboa, Helsinki y Washington, en las que se manifestó en contra de Putin.
“En estos discursos no había ninguna amenaza para el país, se trataba de una crítica pública y abierta”, dijo Prokhorov.
Los cargos contra Kara-Murza, que ya se enfrenta a una pena de hasta 10 años de prisión en virtud de una nueva ley que prohíbe “desacreditar a las fuerzas armadas”, demuestran que los servicios de seguridad rusos están dispuestos a mantener un férreo control de la disidencia, mientras la invasión de siete meses de duración sigue perdiendo fuelle.
Los medios de comunicación estatales informaron de que los fiscales de los servicios secretos creían que Kara-Murza era un agente de un país no identificado de la OTAN por su activismo.
Kara-Murza, que tiene la nacionalidad británica, es uno de los pocos activistas de la oposición que decidió permanecer en Rusia tras el inicio de la guerra.
Sobrevivió a dos presuntos envenenamientos en 2015 y 2017 que, según informó el año pasado el sitio de investigación Bellingcat, fueron consecuencia de la vigilancia de los servicios secretos vinculada a los ataques a otros disidentes.