Un alto general estadounidense afirmó que Irán tiene la capacidad de construir un arma nuclear en muy poco tiempo y que el ejército estadounidense está preparado con otras opciones para evitarlo en caso de que falle la diplomacia.
“Nuestro presidente dijo que no van a tener un arma nuclear”, dijo el general Kenneth McKenzie, comandante del Mando Central de EE. UU., a la revista TIME en comentarios publicados el miércoles. “Los diplomáticos están al frente de esto, pero el Mando Central siempre tiene una variedad de planes que podríamos ejecutar, si se nos indica”.
Mientras que otros funcionarios estadounidenses han hablado en los últimos días de “otras opciones” en caso de que fracasen los esfuerzos para que Irán vuelva al acuerdo nuclear, McKenzie es el más claro en hablar de una opción militar.
McKenzie, el máximo comandante de Estados Unidos en Oriente Medio, manifestó que cree que Teherán no ha tomado actualmente la decisión de seguir adelante con la construcción de una ojiva real, pero que se está poniendo en una posición en la que podría hacerlo en muy poco tiempo.
“Esta vez están muy cerca”, dijo McKenzie. “Creo que les gusta la idea de ser capaces de alcanzar una capacidad nuclear”.
Los informes de los últimos días indican que tanto EE. UU. como Israel consideran que Irán ha avanzado lo suficiente en su programa de enriquecimiento ilegal como para poder construir un arma nuclear en cuestión de semanas o meses, si decidiera hacerlo.
El organismo de control nuclear de la ONU comunicó a los países miembros en su informe trimestral confidencial de la semana pasada que Irán tiene unas existencias estimadas de 17,7 kilogramos de uranio enriquecido hasta el 60 % de pureza fisionable, lo que supone un aumento de casi 8 kilogramos desde agosto. El uranio altamente enriquecido está a un corto paso técnico de convertirse en armamento.
Sin embargo, McKenzie dijo que Irán todavía no tenía un diseño de arma lo suficientemente pequeño como para caber en la parte superior de un misil balístico, ni tenía la tecnología para que la ojiva sobreviviera a la reentrada desde el espacio.
“Eso es lo que les va a llevar un poco de tiempo construir”, expresó, estimando que esos pasos tardarían alrededor de un año en conseguirse con un programa de pruebas sólido. Sin embargo, declaró que Irán ya ha demostrado que sus misiles balísticos son “muy capaces” y muy precisos.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, ha hablado de “otras opciones”, aunque el negociador estadounidense para las conversaciones del JCPOA, Rob Malley, en una entrevista con la emisora estadounidense NPR, dejó claro que Estados Unidos pensaba sobre todo en la presión económica.
No obstante, Malley advirtió que Washington no se quedaría “de brazos cruzados” si Irán retrasa los avances en las conversaciones.
“Si [Irán] sigue haciendo lo que parece estar haciendo ahora, que es arrastrar los pies en la mesa diplomática nuclear y acelerar su ritmo cuando se trata de su programa nuclear… tendremos que responder en consecuencia”, dijo Malley.
Israel, que se opuso ferozmente al acuerdo de 2015 negociado por el presidente Barack Obama, ha emprendido una supuesta campaña de sabotaje contra Irán y ha amenazado con una acción militar. El martes, el primer ministro Naftali Bennett indicó que Israel estaba dispuesto a romper con Estados Unidos y otros aliados para tomar medidas contra Irán, si fuera necesario.
Los comentarios de McKenzie se producen el mismo día en que el organismo de control nuclear de la ONU mencionó que no había habido “ningún progreso” en las conversaciones con Teherán sobre las disputas por la supervisión del programa atómico iraní, justo días antes de que se reanuden las conversaciones sobre la reactivación del acuerdo nuclear iraní de 2015.
Rafael Grossi, director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), dijo en una reunión trimestral de la junta directiva del organismo que las conversaciones que mantuvo el martes en Teherán no fueron “concluyentes” a pesar de ser “constructivas”.
Grossi había tratado de abordar las limitaciones impuestas a las inspecciones del OIEA a principios de este año, las cuestiones pendientes sobre la presencia de material nuclear no declarado en lugares de Irán y el trato al personal del OIEA en el país.
“En cuanto al fondo… no pudimos avanzar”, dijo Grossi a los periodistas, afirmando que la falta de acuerdo se había producido “a pesar de mis mejores esfuerzos”.
Behrouz Kamalvandi, portavoz de la Organización de Energía Atómica de Irán, declaró a la televisión iraní que su equipo “lo intentó hasta el último momento”, pero que aún queda trabajo por hacer.
Entre otros funcionarios en Teherán, Grossi se reunió con el ministro de Asuntos Exteriores, Hossein Amir-Abdollahian.
Amir-Abdollahian hizo un balance positivo de las conversaciones, declarando el miércoles a la agencia oficial estatal Irna que se había alcanzado una “declaración común” que se publicaría “lo antes posible”.
La visita de Grossi se produjo antes de la reanudación prevista para el lunes de las negociaciones entre Teherán y las potencias mundiales destinadas a revivir el acuerdo de 2015 que dio a Irán un alivio de las sanciones a cambio de restricciones a su programa nuclear.
Irán volverá a las conversaciones en Viena con las potencias mundiales después de un intervalo de cinco meses tras la elección de un presidente ultraconservador, Ebrahim Raisi.
Estados Unidos se mostró “decepcionado” por el resultado de la visita de Grossi y dijo estar dispuesto a negociar en Viena.
“Pero, por supuesto, la falta de cooperación de Irán es una mala señal sobre su seriedad en una conclusión exitosa de nuestras negociaciones”, dijo un portavoz del Departamento de Estado.
El resto de los miembros del acuerdo —Francia, Alemania, Reino Unido, China, Rusia e Irán— asistirán y Estados Unidos participará de forma indirecta.
Al año siguiente, Irán tomó represalias y comenzó a alejarse de sus compromisos en virtud del acuerdo, también conocido como Plan de Acción Integral Conjunto, o JCPOA.
En la reunión de la Junta de Gobernadores del OIEA, la UE emitió una declaración conjunta en la que afirmaba estar “profundamente preocupada por el resultado inconcluso de las discusiones” con Grossi.
Por su parte, el representante de Rusia dijo que apoyaba la “intención de Grossi de seguir trabajando con la parte iraní y pedía a Teherán que hiciera lo mismo”.
Uno de los pasos para alejarse del acuerdo se produjo a principios de este año, cuando Irán comenzó a restringir algunas actividades de inspección del OIEA.
Irán y el organismo tienen actualmente un acuerdo temporal que da al OIEA acceso a los equipos de vigilancia en las instalaciones nucleares iraníes.
Sin embargo, la Agencia ha advertido que el acuerdo no es una solución duradera y Grossi dijo que estaba “cerca… del punto en el que no podría garantizar la continuidad del conocimiento” del programa nuclear de Irán si continuaba.
Grossi también dijo que había planteado su preocupación durante su estancia en Teherán sobre los controles de seguridad de los inspectores del OIEA, que la agencia ha calificado de “excesivamente invasivos”.
Señaló que el OIEA e Irán tienen un acuerdo legal “que pretende proteger a los inspectores de la intimidación, de la incautación de sus bienes.”
“Nuestros colegas iraníes han instituido una serie de medidas que son sencillamente incompatibles” con esto, dijo.
Las negociaciones se están llevando a cabo de forma indirecta, con un enviado de la UE que se mueve entre Malley y la delegación iraní, que se niega a reunirse con el representante estadounidense cara a cara.
Irán ha exigido el levantamiento de todas las sanciones, pero el gobierno de Biden dice que solo está discutiendo las medidas impuestas por Trump como parte de la retirada del acuerdo nuclear, incluyendo una amplia prohibición unilateral de Estados Unidos a todas las demás naciones que compran la exportación clave de petróleo de Irán.