Khalid bin Salman, el viceministro de Defensa de Arabia Saudita, dijo en un tweet el jueves que los ataques de los rebeldes hutíes contra las instalaciones del gigante petrolero Aramco mostraron que el grupo era una herramienta que Irán utilizó para implementar su agenda en la región.
“Los actos terroristas, ordenados por el régimen en Teherán y llevados a cabo por los hutíes, están apretando el lazo en torno a los esfuerzos políticos en curso”, dijo, sin dar más detalles.
El martes, Arabia Saudita llevó a cabo 17 ataques aéreos contra los rebeldes hutíes respaldados por Irán en Yemen luego de que los combatientes chiítas se responsabilizaran del sabotaje de las instalaciones petroleras sauditas.
El saudí Araba dijo que los hutíes, que intentan tomar el control de Yemen y están respaldados por Irán, habían usado drones para atacar uno de sus oleoductos, ya que otros asaltos apuntaban a la infraestructura energética en otras partes del reino. Se desató un incendio y luego los bomberos lo pusieron bajo control, aunque la empresa estatal Saudi Aramco dejó de bombear petróleo a través del oleoducto.
Esta es la última escalada en las tensiones en curso entre Arabia Saudita e Irán, que se ha intensificado en los últimos días después de que dos de los petroleros del reino fueron saboteados frente a las costas de los Emiratos Árabes Unidos.
Existe una creciente especulación de que Irán o sus representantes estuvieron detrás del acto de sabotaje. Poco después de que se descubrió, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, advirtió a Irán que «sufriría mucho» si atacara los intereses estadounidenses en la región.
La semana pasada, Irán dijo que estaba dejando de cumplir ciertas responsabilidades en virtud del acuerdo nuclear de 2015 debido a las duras sanciones económicas estadounidenses contra Teherán, que ha asestado un duro golpe a sus principales sectores de exportación y ha provocado una crisis económica.