El Jerusalem Post ha sabido por diversas fuentes de inteligencia occidentales e internacionales que, contrariamente a las afirmaciones iraníes, el ataque con drones contra Irán en Ispahán fue un éxito espectacular.
La República Islámica alega fraudulentamente “daños mínimos en el tejado”, aunque en realidad se produjeron cuatro explosiones en el lugar, algunas de las cuales fueron captadas en las redes sociales, en un centro de fabricación de armamento avanzado.
Israel ha guardado silencio sobre el asunto, pero las agencias de inteligencia occidentales y fuentes iraníes creen que el Mossad fue responsable de ataques similares contra instalaciones nucleares iraníes en julio de 2020, abril de 2021 y junio de 2021, así como de la destrucción de aproximadamente 120 o más drones iraníes en febrero de 2022.
Además, se dice que las sofisticadas y quirúrgicas habilidades de ataque de la operación son compartidas por solo unos pocos grupos selectos en todo el mundo, incluido el Mossad.
La respuesta iraní es coherente con las anteriores.
En todos estos casos, Teherán negó en un principio la gravedad de los ataques y solo la admitió después de que las imágenes por satélite y otros hechos desmintieran sus afirmaciones.
Aún no se sabe si las armas avanzadas que fueron destruidas pertenecen simplemente a la guerra convencional o si tienen doble uso también en cuestiones nucleares, como algunos misiles balísticos o equipos explosivos que pueden utilizarse tanto para fines convencionales como para armas nucleares.
En Ispahán se han tratado en distintos momentos diversas cuestiones militares nucleares y no nucleares.
Irán incluso informó al OIEA de que parte de las actividades nucleares previstas en el complejo nuclear de Karaj hasta junio de 2021 se habían trasladado a Ispahán.