El martes cayeron dos cohetes en la base aérea de Ain Al-Asad, en el oeste de Irak. El lunes cayeron entre tres y seis cohetes cerca de la base aérea de Balad, en Irak, según varios informes. La base alberga a contratistas estadounidenses y ha sido objeto de numerosos ataques en el pasado por parte de las milicias proiraníes contra los estadounidenses.
Este parece ser el tercer ataque en tres días, lo que supone un aumento de estos ataques proiraníes contra las fuerzas estadounidenses en Irak. Los atacantes suelen utilizar cohetes de 107 mm suministrados por Irán, aunque también han utilizado drones en una nueva escalada. Los ataques están diseñados para proporcionar a Irán una ventaja, para acosar a Estados Unidos y para crear una negación plausible para Irán.
La línea de Estados Unidos en relación con estos ataques es afirmar que la base es una “base iraquí” y señalar que no alberga tropas estadounidenses o de la coalición. Esto niega cualquier necesidad de responsabilizar a alguien. El secretario de prensa del Pentágono estadounidense, John Kirby, sí reconoció que “hay una empresa privada estadounidense que sí tiene contratistas trabajando allí”. Estados Unidos está “preocupado por cualquier uso de la violencia por parte de cualquier grupo en Irak”. Esta declaración deja claro que EE.UU. no quiere subrayar en este momento que este ataque se ajusta a un largo patrón de milicias proiraníes, muchas de ellas vinculadas a los principales partidos de Irak, que tienen como objetivo a EE.UU.
El domingo se dispararon dos cohetes contra el aeropuerto internacional de Bagdad, en Irak, dirigidos a un complejo de viviendas utilizado por las tropas de la Coalición liderada por Estados Unidos, según informes locales. En ese momento se consideró el segundo ataque en diez días. Se utilizó un sistema de defensa aérea conocido como C-RAM para defenderse del ataque.
Según la AP “casi 30 ataques con cohetes o bombas han tenido como objetivo los intereses estadounidenses en Irak, incluidas las tropas, desde que el presidente Joe Biden asumió el cargo en enero”. Hubo otro ataque en el aeropuerto de Bagdad el jueves 29 de mayo. En él se lanzaron tres cohetes. Un soldado iraquí resultó herido.
El 18 de abril, cinco cohetes apuntaron a la base aérea de Balad, hiriendo a dos contratistas extranjeros. Afectaron a una cantina y a un dormitorio de la empresa estadounidense Sallyport, según los informes.
Los ataques van en aumento y coinciden con los ataques de los hutíes, respaldados por Irán, que utilizan drones contra Arabia Saudita. También van de la mano con el intento de Irán de arrancar concesiones a Estados Unidos en Viena.