Irán ha comunicado al Organismo Internacional de la Energía Atómica que planea desconectar 27 cámaras de vigilancia del OIEA y otros equipos de control, según informó el jueves el director del organismo, Rafael Grossi, a su junta directiva, según los diplomáticos presentes en la reunión.
El director general del OIEA, Rafael Grossi, advirtió el jueves que si Irán no da marcha atrás en el cierre de los puntos de acceso a sus inspectores en un plazo de tres a cuatro semanas, sería un “golpe fatal” para el acuerdo nuclear de 2015.
Explicó que el OIEA ya no podría estimar el estado del programa nuclear.
Grossi llegó a decir que incluso si EE.UU. y las potencias mundiales llegaran a un nuevo acuerdo con Irán en algún momento más allá de cuatro semanas a partir de ahora, su agencia sería incapaz de asesorarles de manera competente sobre cuánto tendría que reducir Teherán su programa nuclear para evitar que cruce el umbral nuclear.
El jefe del OIEA dijo que unas 40 cámaras seguirían funcionando.
Sin embargo, en general, su sensación era que en tres o cuatro semanas, el OIEA perdería su “punto de continuidad” en el que podría estimar la situación nuclear de Irán, incluso basándose en un cuadro de datos aprcial.
La medida de Irán parecía ser una nueva represalia por una resolución de la Junta de Gobernadores del OIEA, compuesta por 35 países, en la que se criticaba a Teherán por no explicar las partículas de uranio en emplazamientos no declarados, que fue aprobada el miércoles por la noche.
Teherán ya había dicho el miércoles que había comenzado a ampliar su enriquecimiento subterráneo de uranio y que apagaría dos de las cámaras del organismo de vigilancia nuclear de la ONU.
Sus últimas decisiones podrían perjudicar aún más las perspectivas de rescatar el acuerdo nuclear de 2015. Las conversaciones indirectas al respecto entre Irán y Estados Unidos ya están estancadas.
Sólo Rusia y China se opusieron a la resolución presentada por Estados Unidos, Alemania, Francia y Gran Bretaña, afirmando que la Junta de Gobernadores “expresa su profunda preocupación” por el hecho de que los restos de uranio encontrados en tres emplazamientos no declarados sigan sin explicarse debido a la insuficiente cooperación de Irán.
Tras la resolución, las cuatro potencias occidentales, todas ellas parte del acuerdo de 2015, pidieron a Teherán que se comprometa con el organismo de control “sin demora” para evitar nuevas medidas.
Irán insiste en que su programa nuclear es pacífico, mientras que Occidente dice que Teherán está cada vez más cerca de poder construir una bomba.