La administración Trump anunció el miércoles que está terminando con casi todos los restos del alivio de las sanciones de Estados Unidos previstas en el acuerdo nuclear de Irán de 2015.
El Secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, dijo que revocaría todas las exenciones de sanciones que cubren la cooperación nuclear civil, excepto una. Las exenciones han permitido a las empresas rusas, europeas y chinas continuar trabajando en las instalaciones nucleares civiles de Irán sin que se impongan sanciones estadounidenses.
“El régimen iraní ha continuado con su política nuclear al ampliar las actividades sensibles a la proliferación”, dijo Pompeo en una declaración en la que señaló que Irán ha admitido actividades que violan el acuerdo.
Acusó a Irán de “extorsión nuclear” y dijo que “conducirá a una mayor presión sobre Irán y aislará aún más al régimen de la comunidad internacional”.
Pompeo también impuso sanciones a dos funcionarios de la Organización de Energía Atómica iraní que estaban desarrollando y fabricando centrífugas utilizadas para enriquecer uranio.
La última vez que se renovaron las exenciones de cooperación nuclear fue a finales de marzo y debían expirar a finales de mes. Las revocaciones darán a las empresas extranjeras 60 días para reducir sus operaciones.
En marzo, Pompeo se opuso a la prórroga de las exenciones, que son uno de los pocos componentes restantes del acuerdo nuclear que la administración no ha revocado. Pero los funcionarios dijeron que el Secretario del Tesoro Steven Mnuchin había prevalecido en un debate interno al argumentar que la pandemia del coronavirus hizo que la eliminación de las exenciones fuera desagradable en un momento en que la administración está siendo criticada por negarse a suavizar las sanciones para hacer frente al brote.
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, se retiró del acuerdo nuclear en 2018 y ha restablecido sistemáticamente las sanciones de los Estados Unidos contra Irán, que se suavizaron o levantaron en sus términos. Las exenciones de “cooperación civil-nuclear” permiten a las empresas extranjeras realizar trabajos en algunos de los emplazamientos nucleares declarados de Irán sin estar sujetos a las sanciones de los Estados Unidos.
Los defensores del acuerdo dicen que las exenciones dan a los expertos internacionales una valiosa ventana al programa atómico de Irán que de otra manera podría no existir. También dicen que parte del trabajo, particularmente en el reactor de Teherán sobre isótopos nucleares que pueden ser usados en medicina, es de naturaleza humanitaria.
Pero los críticos de Irán en el Congreso han presionado a Pompeo para que elimine todas las exenciones, diciendo que deberían ser revocadas porque dan a Irán acceso a tecnología que podría ser utilizada para armas. Estos críticos se opusieron enérgicamente a la exención que permitía el trabajo en la otrora secreta instalación de Fordow de Irán, que está construida en una montaña.
Pompeo canceló esa exención a mediados de diciembre, pero las otras, que permiten trabajar en la central nuclear de Bushehr, la planta de agua pesada de Arak y el reactor de investigación de Teherán, se habían mantenido hasta ahora. La exención para el trabajo en Bushehr será la única que se amplía. Pompeo dijo que la exención para trabajar en Bushehr, que es anterior al acuerdo con Irán, se extenderá por 90 días.