WASHINGTON – Estados Unidos tiene previsto permitir que empresas rusas, chinas y europeas continúen trabajando en instalaciones nucleares iraníes para dificultar a Irán el desarrollo de un arma nuclear, dijeron el miércoles dos fuentes familiarizadas con el asunto.
La administración Trump, que el año pasado se retiró del acuerdo nuclear con Irán en 2015 e impuso de nuevo sanciones a Irán, permitirá que el trabajo avance mediante la emisión de exenciones a las sanciones que prohíben a las empresas no estadounidenses tratar con la Organización de Energía Atómica de Irán (AEOI), dijeron las fuentes con la condición de que se mantenga el anonimato.
Aunque la renovación de las exenciones permitiría que la labor de no proliferación continuara en el reactor de investigación de agua pesada de Arak y en la planta de enriquecimiento de combustible de Fordow, que supervisa la AEOI, también podría indicar que Washington está dejando la puerta abierta a la diplomacia.
Bajo el acuerdo de 2015 entre Irán y seis potencias mundiales, Gran Bretaña, China, Francia, Alemania, Rusia y Estados Unidos, Teherán acordó limitar su programa nuclear a cambio del levantamiento de las sanciones económicas que habían paralizado su economía.
Cuando el presidente estadounidense Donald Trump abandonó unilateralmente el acuerdo en mayo de 2018, volvió a imponer sanciones estadounidenses en una campaña de “presión máxima” diseñada para obligar a Irán a volver a la mesa de negociaciones.
Trump quiere un acuerdo más amplio que también limite el programa de misiles de Irán así como sus actividades regionales; Irán ha exigido a Estados Unidos que reanude el cumplimiento del acuerdo de 2015 llamado Plan de Acción Integral Conjunto.
Francia, en particular, ha tratado de llevar a ambos a un diálogo más amplio, pero hasta ahora ha fracasado, sugiriendo que ninguno de los dos está dispuesto a abandonar los elementos centrales de la política: la creencia de Estados Unidos de que la presión pondrá a Irán de rodillas, y la negativa de Irán a capitular ante la coacción de Estados Unidos.
En virtud del acuerdo de 2015, el reactor de Arak debía ser rediseñado para que no pudiera fabricar plutonio apto para bombas en condiciones normales de funcionamiento, mientras que la planta de Fordow debía dejar de enriquecer uranio y convertirse en un centro nuclear, físico y tecnológico.
La empresa estatal china Corporación Nuclear Nacional de China ha realizado trabajos de no proliferación en Arak, y la rusa Rosatom lo ha hecho en Fordow. Rosatom también ha suministrado combustible de uranio para la central nuclear de Bushehr en Irán.
El Departamento de Estado de Estados Unidos no hizo ningún comentario inmediato. Rosatom no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.
Un portavoz de la Corporación Nuclear Nacional de China dijo a Reuters el jueves por correo electrónico que estaba “comenzando a cooperar con el lado iraní bajo la dirección de Beijing en la búsqueda de una solución positiva al problema nuclear iraní”. No proporcionó más detalles.